Una carga emocional
Cuando el Ministro de Gobierno, Jorge González, afirma que a este modelo lo ratifican cada cuatro años, seguro no se refiere a él. El esta puesto a dedo al igual que los otros ministros y nunca ha disputado ningún cargo electivo en ninguno de los distritos de la provincia.

Por lo tanto el problema que tiene el titular del Ministerio de Gobierno es que nunca ha participado de elecciones para su cargo. Esto es precisamente lo que lo inhabilita a encabalgase en el 63% de Insfrán.
Es así que resulta de alguna manera descalificador el planteo respecto de que este funcionario del Poder Ejecutivo ningunee o no le de la entidad que tiene, a cada uno de los intendentes del interior quienes son los que si le aportan votos verdaderos al barbado lagunense, actitud que a su vez expone su falta de calle, algo que a los jefes comunales les sobra.
Intendentes
Hace unos días el intendente de El Colorado ofreció lugares para el cumplimiento del aislamiento obligatorio de la cuarentena y este no solo se negó sino que además responsabilizó al intendente de esta localidad, Mario Brignole, de recibir únicamente a coloradenses como si la decisión fuese discriminatoria, cuestión que por supuesto no fue así.
El Ministro que nadie entiende porque razón , es el que decide o no sobre la existencia universal de las intendencias del interior, es el que precisamente se erige en la voz rectora del Consejo de Atención Integral a la emergencia COVID 19 y en consecuencia del gobernador, Gildo Insfrán.
Pero las internas planteadas van mucho más allá de los funcionarios que nunca pasaron por las urnas y llega a varias intendencias del interior.
Por cuenta propia
La pregunta es ¿sabe Insfrán de los manejos espurios del monje negro o de los monjes negros del quinto del quinto piso? Aparentemente si pero no hace absolutamente nada.
La circunstancia es que las diversas comunas están pasando por un recorte en la coparticipación o que directamente Insfrán no envía. Con esto están peleando los intendentes y con la alfombra roja de los ministros que no aportan sino show a lo que sucede en medio de la pandemia.
Lejos de un escenario de emergencia, los ministros que tienen la birome para liberar recursos, solo aparecen en las conferencias del COVID 19, como los maestros de ceremonia que en realidad tiene a los jefes comunales como la infantería de los votos.
El modelo es lo que es por ellos, no por aquellos que plantan su humanidad en un sillón de la casa de gobierno.
El modelo es lo que es, por cada uno de los votos que Insfrán desprecia desde un centralismo que aparte no les reconoce derechos en la coparticipación.
Un vice que fastidia
Es así que la estrategia de Insfrán pasa por superarse, inclusive a sí mismo, apostando a las nuevas generaciones de la militancia. “El gobernador no sabe de los manejos oscuros de sus ministros”. En realidad no le interesa saber y por eso ha comisionado al vicegobernador para que desarrolle nuevas redes en el peronismo del interior.
“Nosotros no recibimos fondos desde que empezó la pandemia” expresan algunos intendentes y es precisamente el vicegobernador, el que empieza a través de sus propios armados a salir a darle respaldo a cada una de las intendencias del interior.
Eber Solís, con una estructura que obvia, inclusive a los procesos administrativos naturales de la administración pública, ha comenzado a puentear a ministros atornillados como Antonio Ferreira, Jorge Ibáñez, Aníbal Gómez, Jorge González y otros que se asumen como dueños de lo público.
“El nunca tendría que haber sido vicegobernador” mascullan entre dientes ante sus propias limitaciones, mientras tanto el Consejo de Atención Integral a la Emergencia COVID 19 es una buena vidriera para levantar puntos frente al séptuple gobernador de la provincia.
Los abriles pesan
A “Gildo” los años se le han amontonado y pasa sus días de cuarentena en una burbuja, no tiene el contacto que tenía antes con la gente. Lo virtual es efímero y la atmósfera creada por los mismos que lo convencen de que está todo bien, es la misma que lo aleja de la gente que lo vota.
Es evidente que el barbado lagunense ha optado por aislarse a instancias de nadie sabe que llamado a cargos nacionales. En razón de verdad el séptuple gobernador de Formosa, es ejemplo de peronismo pero no de marketing a nivel nacional.
“Gildo es el peronismo” pero los votos están en otro lado no en Formosa. La provincia es el ejemplo de kirchnerismo a nivel nacional por el manejo totalitario de un patrón feudal pero no es la mejor imagen para vender en sociedades un poco más evolucionadas electoralmente y sin una dependencia absoluta del estado. Todavía falta para que la Argentina se vuelva Venezuela.
Aduanas interiores
Es inútil que haya una efímera independencia de la justicia federal, referido a lo decidido por al Cámara Federal de apelaciones respecto de los varados si en realidad al eterno residente del quinto piso se le mete en la cabeza que a Formosa no entra nadie hasta diciembre.
El problema no es que uno de los poderes de la república le haya dicho que si a los planteos respecto de la libertad ambulatoria de los formoseños que quieren volver a su provincia sino la postura del casi un cuarto de siglo gobernador que se asume dueño de la provincia y no hay independencia de ningún poder de la república que diga lo contrario. Así lo ha decretado.
Y en ese camino, Insfrán y todos los funcionarios no solo pretenden seguir imponiendo aduanas interiores, con la excusa de la pandemia, restringiendo el derecho a la libertad ambulatoria o la discrecionalidad de los ingresos a la provincia en cuarentena. Pretenden resetear lo poco que le queda de república a la provincia.
Es más fácil permitir que cerca de 10 mil formoseños ingresen a la provincia, en lugares que al gobierno le sobran para hacer cuarentena que insistir en el bloqueo indefendible con la excusa de la pandemia. Pero no, “acá nadie se rinde”, aunque las medidas sean irracionales e inconstitucionales.
Las coimas son nuestras, la platita es ajena
Finalmente y a pedir de boca del eterno residente del quinto piso, el juez Lijo que se hizo el distraído durante años con respecto a la causa Formosa por el pago de 7 millones a The Old Fund, se excusó y la Cámara Federal le dio una mano a Insfrán.
El caso judicial donde Alejandro Vandenbroele, admitió “coimas” para la compra de la imprenta Ciccone, será juzgada en un tribunal federal de Formosa.
La circunstancia es que el juez federal subrogante, Fernando Carbajal, cumple su período y es probable que la subrogancia quede a cargo del juez federal Pablo Morán.
El magistrado (nombrado por el anterior gobierno), ha demostrado que no quiere confrontar con el gobierno provincial, sin embargo, las pruebas en la causa The Old Fund son muy comprometedoras, pero el juez Ariel Lijo, que desdobló el expediente (caso Formosa aparte), y continuo con la causa, condenó a los otros autores por cohecho pasivo (coima) y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función publica, donde fue participe principal, el ex vicepresidente Amado Boudou.
Actores locales
Mucho tendrá que ver el fiscal que actúe en la causa, evidentemente la fiscal Marisa Vázquez no podrá ser porque ella cuando era magistrada provincial, se encargó de archivar rápidamente la causa.
De toda maneras el juez Morán tendrá que decidir si procesa o no a Insfrán y de acuerdo a la infinidad de fojas en el expediente, con muchas pruebas y confesiones de el arrepentido Vandenbroele, no tiene muchas opciones.
No hay coima tan documentada como esta, hasta con decretos firmados y a su vez, es una particularidad que Insfrán haya estampado su firma, en el “retorno de dinero ilegal”.
Será del destino que por primera vez, un juez se encuentre limitado por la pruebas y a su vez el eterno inquilino de la calle Belgrano, tenga que explicar de nuevo, como fue el negociado con The Old Fund,en desmedro de los fondos públicos de la provincia.
Todavía puede ser un dolor de cabeza para el lagunense. La justicia es lenta, pero llega.