El consumo interno de carne vacuna es el más bajo de los últimos 100 años
El desplome de comercialización interno es notorio en favor del mercado internacional. El consumo per cápita en abril ha sido de 45,2 kilos.

A pesar de que los niveles de producción y de exportaciones se posicionan en niveles récord, el consumo de carne se consolida en los registros más bajos de los últimos 100 años. El acople con los valores externos y la suba de los commodities afectan el precio, que no pueden abonar los trabajadores.
De acuerdo con la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), en marzo el consumo de carne vacuna por habitante se ubicó en 49,3 kg/año, el más bajo en 100 años. En relación al promedio alcanzado en marzo de 2020, se registró una disminución de 2,5% y cuando se contrasta con el pico alcanzado en marzo de 2008 (66,2 kg por habitante), la contracción fue de 25,5%.
Asimismo, el volumen absorbido por el mercado interno descendió a 527,3 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h) en el primer trimestre y el promedio mensual habría sido de sólo 175,8 mil toneladas. La caída interanual fue del 4,3%, pero más importante aún es que se trató del peor primer trimestre de los últimos 18 años. Hay que remontarse hasta enero-marzo de 2003.
Puesta en términos absolutos, la baja del consumo interno fue equivalente a 23,6 mil toneladas con relación a enero-marzo de 2020.
Si se comparan los niveles de consumo, producción y exportaciones, el desplome del circuito de comercialización interno es notorio en favor del mercado internacional. Cuando se extiende el período de análisis, la faena de hacienda vacuna orientada al abastecimiento del mercado interno viene cayendo, si bien no de forma lineal, desde 2018, cuando la economía entró en recesión, cayó el nivel de empleo y el poder adquisitivo de la población.
En el último trimestre de 2017 se volcaron al mercado interno 222 mil toneladas de res con hueso (tn r/c/h) promedio mensual y a partir de entonces este volumen descendió con avances y retrocesos hasta ubicarse en un piso de 175,8 mil promedio mensual en el primer trimestre del año. Es decir, en tres años la producción de carne vacuna vendida en el mercado interno se contrajo 21%.
RAZONES DE LA BAJA
En el análisis del mercado, el 90% de la caída del consumo interno se explica por la retracción del nivel de faena y producción. Los productores tuvieron que hacer uso de las recrías a campo en los últimos meses, las cuales demandan más tiempo para lograr el aumento del peso del animal y, en consecuencia, provocan una caída de la oferta de animales de consumo en el corto plazo.
Esta situación está enmarcada en un proceso general de reversión gradual del ciclo ganadero, que entre finales de 2018 y mediados de 2019 había ingresado en una fase clara de liquidación de existencias, lo cual generó una menor disponibilidad de terneros en 2020.
“Asimismo, la continua retracción del poder adquisitivo de las familias y el mayor nivel de desocupación observados en los últimos tres años, contribuyeron también a explicar la disminución de la demanda interna de carne vacuna y la mayor demanda de carnes alternativas”, señala el director de Ciccra, Miguel Schiariti.
El director de Ciccra considera que “esconder información genera incertidumbre en el productor ganadero, que cuando decide retener o no una ternera para madre, necesita tres años para ver el fruto de esa decisión. Las amenazas y la distorsión de la realidad a través del ocultamiento de datos de faena desorienta la toma de decisiones”.