Las clases virtuales no son para todos
Se estima que en Argentina hay 15 millones de hogares, de los cuales acceden a internet domiciliario 9.3 millones. Es decir, que más de 5 millones de viviendas, el 38%, no cuentan con ese recurso.

El cierre total de clases durante el 2020 y las nuevas restricciones dispuestas en el mes de abril de este año para el AMBA y muchas provincias nos llevan a analizar cuántos estudiantes acceden a internet para poder mantener su educación en la “virtualidad”.
Según el Ministerio de Educación (Anuario Estadístico 2019), hay matriculados en el país 10.550.621 estudiantes (niveles inicial, primario y secundario).
En lo que hace a la conectividad, hoy en la Argentina se estima que hay unos 15 millones de hogares, de los cuales acceden a internet domiciliario 9.3 millones (62%). Es decir, que más de 5 millones de hogares (38%) no cuentan con acceso a internet domiciliario (fuente Enacom).
Según la Encuesta de Continuidad Pedagógica, 1.000.000 de alumnos tuvo escaso o nulo contacto con la escuela.
Como veremos, la falta de acceso a internet y de dispositivos adecuados es una de las principales causas. También podemos afirmar que afecta sobre todo a los estudiantes de escuelas públicas y más particularmente a los de hogares más pobres.
Un primer punto a tener en cuenta, es cómo afecta la suspensión de la presencialidad al 42% de la población bajo la línea de pobreza (unos 19 millones de personas) y particularmente a los habitantes de los 4.416 barrios populares incluidos en el RENABAP.
Según el Enacom, el 65% de esos barrios, donde viven cerca de 4 millones de personas, no tiene acceso a internet. Sin dudas, esta circunstancia influyó en que 1 de cada 4 estudiantes abandonara sus estudios durante el 2020 en los barrios populares (Encuesta de Argentinos por la Educación).
También existen fuertes diferencias entre los estudiantes del sector privado y los del sector público.
Según la misma ONG, en las escuelas privadas un 36,0% de los alumnos no dispone de un servicio de internet adecuado para realizar sus actividades escolares, mientras en las escuelas públicas este porcentaje es 56,9%. Es decir que existe una brecha de acceso entre los alumnos del sector público y los del sector privado.
En lo que hace al acceso a los dispositivos para poder conectarse o hacer tareas escolares, en el sector privado el 40,1% de los alumnos cuentan con un dispositivo propio, mientras que en el sector estatal el porcentaje solo representa la mitad de esa cifra (19,5%).
Si analizamos la situación en cada provincia, de los alumnos del primario que no cuentan con internet en su hogar, encontramos fuertes disparidades.
En un extremo, hay 7 provincias donde un tercio o más de los estudiantes no cuenta con Internet en su hogar: Santiago del Estero (40,7%), Formosa (37,7%), San Juan (36,1%), Catamarca (35,0%), Misiones (35,0%), Chaco (33,5%) y Corrientes (33,3%).
En el otro extremo, las jurisdicciones donde este porcentaje es inferior al 10% son Ciudad de Buenos Aires (7,2%), La Pampa (7,5%) y Tierra del Fuego (8,0%).
En definitiva, podemos concluir que el millón de estudiantes que tuvieron poco o nulo contacto con la escuela a raíz de la suspensión de clases presenciales son en su mayoría de las familias más pobres, las que en muchos casos no cuentan con acceso a internet o bien carecen de dispositivos adecuados
Por Agustín Garzón