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COMENTARIO POLITICO SEMANAL

Los únicos privilegiados son los presos

Como era previsible, la ciudad de Formosa y la ciudad de Clorinda, principales conglomerados urbanos de la provincia, entrarán en Fase 1 a partir de este domingo y hasta el 15 de mayo. 

Cuidar a sus electores: Gildo Insfrán privilegió a sus fieles votantes. Es la única provincia que gestionó las escasas vacunas, para vacunar a los reclusos.

Nuevamente después de un año de restricciones, con el sistema colapsado por los contagios, Gildo Insfrán apela a las atribuciones que esta vez le ha otorgado el propio presidente, Alberto Fernández y coloca a ambas ciudades en la categoría en zona de alerta con más de 500 contagios por cada 100 mil habitantes y con el 80% de la ocupación de camas.

En realidad el sistema sanitario está colapsado desde hace varias semanas por diversas razones. La principal razón es que gobierno no se ha preparado con los recursos logísticos y humanos para el incremento de los contagios de moderados a graves y el encierro es la única herramienta que ha tenido como estrategia el veterano gobernador.

Los pacientes con COVID positivo, están siendo derivados a clínicas o sanatorios privados y los reactivos para realizar los test no pueden reponerse en la cantidad necesaria para la demanda de personas que quieren o necesitan hisoparse.

Contratar policías

Si bien la ciudad de Formosa y Clorinda son los municipios más complicados, es la ciudad de Formosa la que recibe a los pacientes de toda la provincia por falta de Hospitales para contener a los crecientes contagios con síntomas graves.

El sistema no colapsa solo por los casos de ambas ciudades en Fase 1, colapsa porque de todas las localidades del interior llegan pacientes con síntomas que podrían poner en riesgo su vida y de manera obvia la cantidad de camas no da abasto.

El eterno residente del quinto piso, ha apostado a tener más policías que enfermeros pero a la luz de los resultados, el convertir de vuelta a los lugares de mayor contagio en gigantescas cárceles, tendrá el mismo o peor resultado que el que han tenido las estrategias durante un año de cuarentena inútil.

Ya es insostenible el “relato” de los culpables por los contagios y claramente el mapa de estos ponen a los dos municipios con el tráfico fronterizo más intenso como la principal causa de la explosión de casos, e inclusive los barrios más afectados de ambas ciudades son los que mayor relación tienen con ciudadanos que evaden los precarios controles con la vecina república del Paraguay.

¿Volverán los abusos?

Entramos en una nueva etapa en donde no tardarán en llegar los abusos policiales y la violencia institucional, una justicia provincial cómplice del poder y una justicia federal que ya se apresta a consagrarse, no mejor, a declararse, como incompetente en favor del poder del feudal.

El escenario vuelve a ser preocupante por los números en los contagios pero a razón de despuntar las estadísticas, sigue siendo una provincia con baja cantidad de fallecidos y contagios. Al gobierno le sirve el incremento de casos para volver a imponer la ASPO como en el minuto cero de la pandemia.

Ha pasado un año en donde las políticas públicas pasaron por el encierro y el eterno residente del quinto piso apostó a la llegada de las vacunas pero erró el cálculo y quedó preso de la negligencia criminal del gobierno nacional que especuló políticamente con las vacunas y provocó la escasez que nadie sabe cuántos muertos ha causado.

Inmediatamente surge la pregunta de ¿qué es más real? si echarle la culpa a la oposición, a los gastronómicos o a las marchas realizadas,  más allá de cualquier nexo epidemiológico, respecto de lo que ocurre en los mapas del COVID o entender que no tuvieron el número de vacunas necesarias para parar el estallido de los contagios.

¡Son sus votantes!

Mientras el barbado lagunense mandaba a la tropa a anunciar que se largaban las diferentes campañas de vacunación por año de nacimiento, dándole un tono épico a cada una de las acciones, cuando en realidad solo está haciendo lo que correspondía y básicamente lo que hacen todo los otros mandatarios en el país, un pequeño detalle mostraba el grado de manipulación de la información y el ocultamiento respecto de la distribución de las vacunas.

El gobierno guardó oscuro silencio respecto de la vacunación de 1200 presos y una vez descubiertos por la prensa, salieron a explicar todo tipo de argumentos respecto de la razón por la cual, habiendo vacunado solo al 14% de la población y con la escasez de vacunas se vacunaba a presos, la mayoría de ellos en un promedio de 30 años de edad y sin enfermedades de base.

“La provincia sigue estrictos criterios epidemiológicos” fue la frase que a modo de salvavidas no pudo rescatar al gobierno de Insfrán de un nuevo papelón nacional. Formosa nuevamente, fue la única provincia que vacunó por sobre la población de riesgo a reclusos de penales provinciales como federales, con una salvedad, en el Servicio Penitenciario Federal no vacunaron a los guardias cárceles y entre ellos tuvieron 15 casos positivos de COVID 19.

Mientras tanto los padres de niños y quienes tienen a sus familiares con discapacidades que lo hacen grupos vulnerables no han recibido la vacuna, como si lo han hecho en las mayorías de las provincias.

La “monarquía” de Formosa

Mientras en todas las provincias del NEA y NOA, con números muchos mayores que la provincia de Formosa en proporción a cada 100 mil habitantes, no se han modificado las restricciones, en Formosa desde el inicio la campaña del miedo que ha desatado el gobierno del séptuple gobernador, un panorama de desastre con la prohibiciones más severas es lo único que han tenido los formoseños.

Lo curioso es que los números no parecen guardar coherencia. Los testeos han disminuido a la mitad porque la provincia se quedó sin reactivos pero los casos positivos subieron al doble. La pregunta es: ¿Cómo suben al doble los casos positivos si los testeos bajaron a la mitad en 15 días?

Los números tenían que crecer al efecto de lo que hoy con suficiencia se puede plantear desde el Consejo de Atención Integral a la Emergencia, el DNU presidencial, para determinar las zonas de situación de alarma epidemiológica y sanitaria pues, se fijó la incidencia de casos confirmados de 500 por 100 mil habitantes en los últimos 14 días  en una cifra igual o superior. Qué casualidad que esta incidencia en la ciudad de Formosa es de 968 y en la ciudad de Clorinda es de 979 cada 100 mil habitantes, con la mitad de los testeos. Los números deben cerrar o cerrar.

Formosa no solo es la única provincia de todo el país que puso a sus dos ciudades más grandes en cuarentena total sino que los números cierran al doble de lo exigido por el Decreto del presidente, Alberto Fernández. Pero la experiencia del ciudadano con los hisopados va por otra realidad ¿De dónde sacaron los números si las salas, los centros, los hospitales en general, no están realizando hisopados desde hace 20 días?

 

Un presidio

Esta vez, el lagunense hizo todos los deberes para estar dentro de las leyes nacionales para no inventar las suyas por arriba hasta de la Constitución Nacional. El compañero Alberto le dio a Gildo las herramientas necesarias como para volver a convertir a la provincia en una cárcel, esta vez avalado por un DNU.

Desde Chaco nos miran, desde Corrientes nos miran, desde Misiones nos miran y no pueden creer lo que ocurre en la provincia. No solo porque los números no guardan relación con lo excesivo de las restricciones sino porque ellos, llevan una vida relativamente normal con más casos que Formosa.

Hay clases en los colegios, hay vida comercial, hay servicios de colectivos de media y larga distancia, hay aviones. Las personas van y vienen de una provincia a otra de la república mientras que los formoseños entran nuevamente en una zona oscura de sometimiento y estado policial con abusos o encierro.

¿Cómo reaccionará la gente? Seguramente será una reacción escindida de la clase política opositora después del encuentro ficticio de acercamiento entre referentes nacionales y el propio Insfrán. Hoy la gente se siente agobiada, preocupada por los contagios y con un estado que ha demostrado acabadamente la falta de inversión en más de un año de pandemia.

Nuevamente aplastan al sector comercial y los funcionarios VIP siguen cobrando sus jugosos sueldos mientras le piden esfuerzo a los que no pueden generar un solo peso por el encierro. Nuevamente una cuarentena salvaje se inicia pero más allá de la fecha de finalización, no depende del encierro sino del poder del decano gobernador, que todavía cree que con miles de policías en la calle va a detener el avance del COVID 19.

Hay una sociedad fastidiada, que es probable que también, esté sometida.