Estados Unidos explicó por qué grava importaciones desde territorios remotos que apenas tienen población

El gobierno de Estados Unidos decidió imponer aranceles a las importaciones provenientes de las islas Heard y McDonald, un territorio remoto de Australia habitado únicamente por pingüinos y focas.
Según informó Howard Lutnick, secretario de Comercio durante una entrevista con CBS News, esta medida busca cerrar lagunas legales en el comercio internacional y evitar que otros países utilicen estas islas como puntos de tránsito para exportar productos hacia el mercado estadounidense.
Lutnick explicó que si algún lugar de la lista se excluye, otros socios de EEUU podrían llegar al país a través de estos países para evitar los aranceles de importación.
La decisión de incluir a las islas Heard y McDonald en la lista de aranceles estadounidenses tomó por sorpresa a las autoridades australianas. El ministro de Comercio de Australia, Don Farrell, calificó la medida como un error y señaló que refleja un proceso apresurado, según declaraciones recogidas por el medio ABC.
"Necesitamos fabricar barcos. Necesitamos acero y aluminio. Vamos, necesitamos que la grandeza de EEUU se construya en EEUU. Y está harto de que el resto del mundo lo estafe", afirmó el secretario de Comercio.
Las islas Heard y McDonald se encuentran a unos 4.000 kilómetros de la costa de Perth. Según la Unesco son las únicas islas subantárticas con actividad volcánica, capaces de mostrar los procesos geomorfológicos y la dinámica glacial en curso.
"El valor de conservación distintivo de las islas Heard y McDonald, uno de los raros ecosistemas insulares prístinos del mundo, reside en la ausencia total de plantas y animales exóticos, así como de la influencia humana", explicaron funcionarios de la Unesco en su sitio web oficial.
En la isla Heard está el Big Ben, un volcán activo de más de 2.700 metros, mientras que gran parte del resto del territorio está cubierto por nieve y glaciares.
Mientras que la isla McDonald, mucho más pequeña en comparación, está rodeada por varias rocas e islas aún menores en tamaño.
"Los glaciares de la Isla Heard, relativamente poco profundos y de flujo rápido, responden con rapidez al cambio climático, más rápido que cualquier otro glaciar del mundo, lo que los hace especialmente importantes para el monitoreo del cambio climático. Han fluctuado drásticamente en las últimas décadas y se han reducido significativamente", se lee en la página de Internet de la Unesco.