El gobierno de Nicolás Maduro reduce la semana laboral a tres días por la crisis energética
Venezuela reduce la jornada en la administración pública a 13,5 horas semanales por seis semanas. La medida no afecta al sector educativo.

En respuesta a la crisis energética que golpea al país, el gobierno de Nicolás Maduro implementó una drástica reducción de la jornada laboral en la administración pública. Desde este lunes por seis semanas, los empleados estatales trabajarán sólo tres días a la semana, con horarios de 8 a 12.30, dejando la carga horaria en apenas 13,5 horas semanales.
El Ejecutivo justificó la medida como parte de un plan de emergencia ante la fuerte sequía que afecta a los embalses hidroeléctricos, principal fuente de energía de Venezuela. Sin embargo, la decisión deja en evidencia el deterioro del sistema eléctrico, que arrastra años de fallas estructurales y falta de mantenimiento.
La ONG Provea denunció que la generación eléctrica opera "al 80% por debajo de su capacidad", mientras que la transmisión de energía funciona al límite, obligando al gobierno a recurrir a cortes programados y racionamientos.
A diferencia de otros sectores, el ámbito educativo no fue incluido en la reducción de la jornada. No obstante, el éxodo de docentes ya había forzado a muchas escuelas a operar sólo tres días a la semana de forma intermitente. De acuerdo con sindicatos y organizaciones del sector, el 70% de los maestros abandonó el sistema publico debido a los bajos salarios, que rondan los 40 dólares mensuales.
El economista José Guerra advirtió que esta decisión profundizará la recesión venezolana, ya que enfrenta un escenario de alta inflación y caída del consumo. Tras un leve repunte el año pasado, se prevé que la actividad económica vuelva a desplomarse, agravada también por nuevas sanciones internacionales.
Uno de los mayores golpes proviene de Estados Unidos, que impuso un arancel del 25% a los países que comercien petróleo con Venezuela. El economista Carlos Rossi calificó esta medida como el embargo mas fuerte contra el país desde 1902. Dado que la economía venezolana depende en gran medida de exportación de crudo, esta restricción profundiza aun más la crisis.
En este contexto, Venezuela enfrenta un panorama crítico: con esta producción energética insuficiente, sanciones que afectan su principal fuente de divisas y un gobierno que responde con medidas paliativas, la incertidumbre económica sigue en aumento.
(Ámbito Financiero)