De tal palo, tal astilla
La visita del Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, a la provincia de Formosa ha desnudado el fundamentalismo de un gobierno nacional que está dispuesto, aún sabiendo de los errores cometidos, a defender a sus aliados, aunque esto incluya ocultar violaciones a los derechos humanos.

Difícilmente el país pueda olvidarse de lo sórdido de una provincia que 72 horas antes hizo lo imposible para borrar las huellas de la vergüenza, cuando 300 personas fueron trasladas a medianoche para hacer desaparecer las pruebas del hacinamiento de hombres y mujeres y la pulverización de los derechos de niños y niñas encerrados con sus padres.
Muchas fueron a parar al Hospital Interdistrital Evita, donde continúan realizando su recuperación como pacientes asintomáticos, otras tantas volvieron a sus casas a continuar el aislamiento de manera domiciliaria, firmando previamente un contrato de confidencialidad donde manifestaban no publicar en las redes fotos o videos de lo vivido en ese infierno que pasaron durante más de 30 días.
De la misma manera y sabiéndose culpable de abusar de su poder, el barbado lagunense mandó a liberar a cerca de 400 de 600 personas que se hallaban en los centros de aislamiento para que cuando llegara Pietragalla, tuviera la escenografía para desempeñar parte de su rol en el montaje teatral.
Un hotel amigo
Al funcionario lo recibió el bloque de diputados provinciales oficialistas y lo llevaron directamente a un Hotel 5 estrellas. En el centro se desarrollaba una protesta ruidosa con personas y una caravana de vehículos que esperaba poder encontrarse y exigirle el respeto del gobierno por las libertades públicas en un supuesto estado de derecho.
El Secretario optó por una comilona con los “compañeros” que duró desde las once de la mañana de su primer día en Formosa, hasta las catorce horas donde abandonó el comedor del Hotel para regresar a su habitación.
Los manifestantes que lo esperaron en vano en la casa de gobierno se trasladaron hasta la escuela 224 donde había familias enteras que hacían 22 días cumplían cuarentena con cuatro hisopados negativos. En el lugar exigieron la liberación de quienes estaban en el lugar y permanecieron acompañados desde las ventanas enrejadas por las víctimas de los encierros sin fecha de salida.
Estrategia repudiada
Unos quince policías de la brigada de investigaciones, varios del grupo “Alacrán” vestidos de civil, trataron de convencer a los vecinos que estaban en la vereda de enfrente que firmaran denuncias por ruidos molestos contra los manifestantes, pero los propios vecinos les aclararon que apoyaban la protesta.
Ante esta situación, fueron los propios manifestantes los que echaron a los “espías” que pergeñaban estas estrategias cuasi delictuales. Está prohibido espiar a civiles y lejos de la situación que se daba frente a la escuela 224, los policías estaban no solo espiando a civiles, sino que tratando de “armar” una causa en contra de los manifestantes.
Cuando todas las personas que protestaban se fueron a sus casas, informado por la misma policía, se hizo presente en el lugar, Horacio Pietragalla, quien había afirmado que nadie le organizó un “City Tour”, lo raro es que llegó a la 224 justo después que toda la gente se fue.
Visita de cortesía.
Pietragalla se grabó y fotografió para los medios oficiales de la provincia pero no resolvió absolutamente nada acerca del aislamiento, solo les recordó a quienes llevaban más de 22 días de encierro que deberían cumplir con las políticas sanitarias y deberían esperar un quinto hisopado. Pero el funcionario que en realidad no sabía qué hacer, abandonó el lugar y se cruzó con los jóvenes de #FormosaLibre, que le pidieron explicaciones acerca de la función que cumpliría y si haría algo para cambiar lo que estaba presenciando a lo que Pietragalla contestó con el atuendo de seguridad para el COVID 19, “¿Pensás que me disfracé para el carnaval?”.
El Secretario de DD.HH. de la Nación fue luego a recorrer el vaciado estadio Cincuentenario, el Hospital Interdistrital Evita, donde estaba la gente que firmó los contratos de confidencialidad y los militantes agradecidos, que también tenían su rol en la obra teatral. Hizo un par de escuelas más y volvió a dormir al Hotel. Fue todo lo que recorrió en la provincia.
No fue al oeste a ver las condiciones de los Hospitales, no fue a los Centros de Alojamiento que estaban en varias de las localidades de donde provenían las denuncias. No se interiorizó de los más de 150 días de bloqueo salvaje del municipio de Clorinda y mucho menos de casos terribles como el de Zulma, que perdió su embarazo cuando tuvo dolores y pérdidas encerrada bajo llave en un inmundo hotel de esa ciudad.
Entrevistas para silenciar
Las reuniones que se sucedieron al otro día tuvieron en primer lugar a la Dra. Gabriela Neme que también incluyó entre las denuncias, la violencia institucional de la policía de la provincia y el abuso o los excesos vividos por los formoseños en casi un año de cuarentena.
Luego fue el turno de los diputados de la oposición que después de entregar las denuncias y plantear entre otras vicisitudes, “que no puede haber una política exitosa de salud si se violan los derechos humanos” quedaron conforme con la actitud del Secretario.
Después se dio una situación sumamente curiosa porque había dos grupos de Defensores de Derechos Humanos, uno conformado por empleados del gobierno de la provincia, entre los que estaban abogados de víctimas de la dictadura, víctimas de la dictadura, HIJOS y otras organizaciones pero que lejos de denunciar las violaciones a los derechos humanos, negaban que esto sucediera y apoyaban (defendiendo sus conchabos), las políticas sanitarias del gobierno.
El otro grupo conformado por la APDH regional Formosa, personas de Las Lomitas y algunos de los sacerdotes que firmaron una denuncia por las detenciones y traslados arbitrarios de miembros de la comunidades aborígenes, todos ellos finalizaron la reunión con la delegación de Nación con actitud expectante.
Reunión de militantes
Pietragalla luego salió a almorzar y a reunirse con el gobernador, Gildo Insfrán, sin ninguna presencia de organismos que pudieran compartir lo dialogado.
Cerca de la media siesta, arrancó una conferencia de prensa que a su vez tiró por tierra todas las expectativas que pudieran tener quienes se reunieron con el Secretario de Derechos Humanos por la mañana. Horacio Pietragalla afirmó sin haber recorrido o visto los lugares que comprendían las denuncias por violaciones a los derechos humanos, “Acá no hay centros clandestinos de detención ni se cometen delitos de lesa humanidad”.
El funcionario afirmó que había “una intencionalidad política” detrás de los reclamos, y que “era casi un chiste hablar de centros clandestinos de detención en Formosa. No se violan los derechos sistemáticamente en la provincia, no hay delitos de lesa humanidad acá”.
“Aquí no se rinde nadie”
El escándalo fue mayúsculo y se terminó de configurar una obra de teatro, en donde con solo 24 horas de estadía, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, descartó denuncias en la justicia federal y provincial, la modificación y el traslado de personas del estadio Cincuentenario, documentada con fotos, videos y testimonios de la gente hacinada. No fue al oeste ni habló con referentes de las comunidades aborígenes.
Las denuncias por situaciones de hacinamiento, la falta de higiene, la falta de ventilación, la provisión escasa de alimentación de mala calidad, la utilización de rejas y cierre de aberturas como puertas y ventanas, la inexistencia de espacios separados para hombres, mujeres, adultos mayores y niños/niñas para proteger mejor su salud y resguardar su intimidad.
Los mecanismos a través de los cuales se había implementado una cuarentena compulsiva e indiscriminada que constituyó una privación de la libertad de facto en condiciones insalubres por tiempo indeterminado y de manera arbitraria.
A defender el modelo
Todo el aparato oficial no escatimó dinero para contratar un ejército de trolls o de cuanto organismo cooptado tuviera para defender al eterno residente del quinto piso, que continúa escondido en su burbuja sanitaria, lejos de los problemas de la gente.
Aparecieron magistrados del país, científicos del CONICET, que casualmente son asesores de Insfrán, ¿como no hablar del pronunciamiento del PJ nacional?, es decir, toda un apabullante exceso de socios sosteniendo al feudal. Su norte como dirigentes totalitarios.
En Formosa no ha pasado nada señores, nada excepto la revolución de la tecnología, la de los celulares grabando y subiendo a las redes todo lo que Pietragalla y su socio, el “eterno” gobernador quieren esconder. A esto hay que sumarle la aparición de jóvenes valientes, que frente al edificio del arbitrario le gritaron, “Gildo, te metiste con la generación equivocada”.
Buscando justicia fuera del país
En resumidas cuentas y como también lo denunció Amnistía Internacional, “La grave afectación del derecho a la salud, a la integridad física y mental, a la vida, a no sufrir tratos crueles, inhumanos y degradantes, a la libertad personal, a la privacidad e intimidad, y a recibir un trato digno”, que quizás no pueden compararse con las violaciones de lesa humanidad cometidos por la dictadura o con centros clandestinos de detención cometidos en la dictadura, de todas maneras son violaciones de derechos humanos.
Pero Horacio Pietragalla, no vio nada y se fue convalidando los métodos de una política que expone a las personas a situaciones de encierro compulsivo y arbitrario y, en consecuencia, a violaciones a sus derechos. Fue solo parte de una vergonzosa puesta en escena.
Las denuncias, con un cúmulo de pruebas llegarán a las Naciones Unidas y a Formosa no le alcanzará con poner como contrapeso el resultado de las políticas sanitarias porque el gran fracaso no solo pasa por la violación de los derechos humanos para mantener el estatus en la pandemia, sino también por dejar al desnudo el totalitarismo, la suma del poder en una persona y sin una sola institución en todos los estamentos del estado provincial, con complicidad del estado nacional dado su silencio en defensa de los formoseños afectados, que defienda al ciudadano.
Lo bueno, lo malo y lo feo
El séptuple gobernador, se ha consagrado en toda su dimensión, mostrando solo 10 casos fatales y 201 casos activos de COVID positivo con un encierro masivo de ciudadanos, la práctica ilegal de detenciones policiales en toda la provincia de casos sospechosos o contactos estrechos. Situaciones como la muerte de Mauro Ledesma, la pérdida del embarazo de Zulma, los varados durante meses y tantas otras violaciones que se siguen dando en el instante que escribimos estas letras.
Como contraparte de todos estos abusos, los daños psicológicos en mujeres, hombres, niños son inconmensurables y el pensamiento crítico, exige que Insfrán de explicaciones por lo bueno, pero también por el daño causado.
Seguramente lo hará en estrados internacionales, porque en nuestro país, “entre bomberos, no se pisan las mangueras”.