Formosa y el reto de la confianza inmobiliaria: ¿por qué no despega la construcción en pozo?
El mercado inmobiliario en Formosa parece avanzar a un ritmo distinto al de otras provincias argentinas, donde la construcción en pozo se ha convertido en una modalidad muy utilizada. A pesar de la creciente actividad constructiva, con edificios que se erigen en distintos puntos de la ciudad, los formoseños parecen renuentes a apostar por este sistema, el cual permite financiar una propiedad mientras se construye.

En diálogo con Radio Uno, el socio gerente de la inmobiliaria Lazzarini y Lazzarini, César Lazzarini, confirmó que el fenómeno tiene múltiples causas. "La gente aquí no confía todavía en el sistema de venta en pozo. Aunque se ha intentado implementarlo con desarrolladores serios y empresas de trayectoria, no logró prender en el mercado local como en otras provincias", afirmó.
A diferencia de ciudades como Córdoba, Rosario o incluso Resistencia, donde el 30 o 35% del valor de la propiedad se paga al inicio y el resto en cuotas durante la obra, en Formosa los compradores prefieren adquirir inmuebles terminados, aunque el costo sea mayor. Lazzarini explicó que esto podría deberse a una combinación de factores: desconfianza hacia los desarrolladores locales, la falta de capacidad de pago para cancelar un inmueble en 24 o 36 meses, y las prioridades de inversión de los formoseños.
"Muchos formoseños tienen el capital, pero prefieren usarlo en propiedades en Paraguay o en vehículos costosos, en lugar de invertir en un departamento en construcción", detalló. Esta tendencia se refleja en el bajo número de desarrollos inmobiliarios financiados en pozo en la provincia, que podrían contarse con los dedos de una mano.
Sin embargo, la situación podría cambiar. Recientemente, el gobierno nacional introdujo la herramienta financiera de Hipoteca de Bien Futuro, que permitiría hipotecar una propiedad aún en construcción, facilitando el acceso al crédito. Aunque Lazzarini destacó que los bancos todavía no han terminado de implementar esta modalidad, se mostró optimista sobre su impacto en el mediano plazo.
"La cuenta es fácil", aseguró. "Un departamento promedio en Formosa cuesta entre 120.000 y 150.000 dólares. Con una entrega inicial del 30% y financiando el resto en 36 meses, las cuotas rondarían los 3.000 dólares mensuales. Es un compromiso que no todos están dispuestos a asumir, pero que, a largo plazo, podría cambiar el mercado si las condiciones mejoran".
Para revertir esta tendencia, Lazzarini instó a los compradores a investigar la trayectoria de los desarrolladores inmobiliarios, asegurándose de elegir empresas con experiencia y obras concluidas. Asimismo, resaltó la importancia de priorizar inversiones en bienes raíces, que mantienen su valor con el tiempo, frente a opciones de consumo como vehículos que se deprecian rápidamente.
En un mercado que aún busca consolidarse, Formosa tiene la oportunidad de aprender de experiencias exitosas en otras regiones y adaptarlas a su propia realidad económica y cultural. El desafío está en lograr un cambio de paradigma, fomentando la confianza y las herramientas financieras necesarias para impulsar la construcción en pozo como una alternativa viable.