Un venezolano que vive en Formosa relata la angustia de su país a la distancia
Fidel Briceño, venezolano residente en Las Lomitas, vivió de primera mano el doloroso proceso de dejar su patria. Desde hace cinco años observa, con esperanza y desesperación, cómo su país enfrenta una crisis política y económica que parece no tener fin.

"Yo personalmente perdería la poca esperanza que tengo", confesó Fidel en diálogo con Radio Uno. Para él, el hecho de que Nicolás Maduro pueda perpetuarse en el poder tras las elecciones cuestionadas es un golpe casi definitivo. "Sí, lo que pase en estas próximas horas o días define no solo el futuro político de Venezuela, sino también el de millones de venezolanos en el exilio como yo", agregó.
El dolor de partir y la lucha por mantenerse informado
La migración masiva es una realidad desgarradora: "Casi ocho millones de venezolanos hemos tenido que irnos", indicó Griseño, quien describe el proceso como "una de las decisiones más difíciles de la vida". Fidel relató cómo los venezolanos deben desprenderse de todo lo que han construido para financiar su salida: "Cada cosa que vendés te duele, no por lo material, sino por el esfuerzo que costó conseguirlo".
En el exilio, mantenerse informado también es un reto. "Allá los medios están demasiado restringidos", explicó Fidel, quien depende de redes sociales y contactos personales para saber qué sucede en su país. "La falta de información fidedigna te pone muy intranquilo, porque de eso depende mucho", afirmó.
Una calidad de vida deteriorada
La situación en Venezuela es desesperante. "La calidad de vida no es buena. Los servicios básicos como luz y agua están en condiciones pésimas", describió Fidel. Además, la economía no ofrece alivio: "Allá se hace milagros para sobrevivir. Se maneja en dólares, pero el gobierno sigue insistiendo en una moneda que ya desapareció".
El peso de las decisiones políticas
Para Fidel, el sostén de Maduro es claro: "Las Fuerzas Armadas están compradas y lo han mantenido ahí. Además, hay sectores económicos que se benefician y no quieren cambios". Su preocupación aumenta al saber que los venezolanos en el exterior, como él, no tienen voz en las elecciones: "No nos dejaron votar, y eso suma a la frustración de quienes queremos un cambio".
La esperanza también se tambalea
Pese a todo, Fidel admite que muchos en Venezuela aún esperan un cambio: "Allá, mis pocas amistades siguen pensando en irse, pero hay quienes sueñan con que las cosas mejoren. Sin embargo, si Maduro se perpetúa, muchos darán ese paso definitivo de abandonar el país".
Fidel Briceño, como tantos otros, vive entre dos mundos: el de su realidad en Argentina y el de los recuerdos y sueños de un país mejor. Su testimonio es un recordatorio conmovedor de la resistencia de millones de venezolanos que no pierden la fe, aunque esta se tambalee. Como él mismo lo expresó: "Nadie quiere irse; todo el mundo quiere estar en su país".