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comentario político semanal

 Deuda de la democracia

Hoy la posibilidad de que el hombre que ha transformado a una provincia en su propiedad privada ya no esté en el poder, no es una abstracción, es una realidad que llega muy tarde pero llega. Llega con un inconsciente colectivo severamente dañado en cuanto a la apropiación de sus derechos o lo que el kirchnerismo denomina "empoderamiento"

La repuesta no se hizo esperar. Gildo Insfrán desafía al máximo Poder Judicial. Si pudiera, actuaría de la misma manera, como ocurrió con el integrante de STJ Carlos Gerardo "Martillo"González. Hoy puede ocurrir lo contrario.

Algo tan esperado como el fallo de la corte declarando inconstitucional la reelección indefinida en la persona de Gildo Insfrán, no solo termina la existencia de una isla jurídica "desprendida del resto de la República" ajena a la plena vigencia de la Constitución Nacional sino que además es una respuesta a más de veinticinco años y ocho reelecciones, en los cuales la alta magistratura ha hecho la "vista gorda" según las circunstancias políticas, es decir de acuerdo a quien estaba en el poder.

Desde estas columnas siempre se ha reflexionado sobre el daño causado a la deteriorada calidad institucional de los formoseños pero no solo desde el punto de vista constitucional y con la alternancia como base del sistema republicano sino engendrando un supuesto modelo formoseño idealizado, como un "modelo sociológico positivo", donde se oculta una realidad marcada por una sociedad empobrecida, controlada y manipulada a través del miedo en su mayoría, y por conveniencia una selecta minoría, donde se refugian los parientes, amigos , algunos con altos cargos en el gobierno. Otros como proveedores y contratistas de obras públicas.

 Irreparable daño

Este sistema que "perpetúa" la dependencia al  "estado feudal", ha logrado convencer a la población de que la supervivencia es imposible sin el sostenimiento que les brinda "El Tío Gildo", limitando así su autonomía y desarrollo.

El daño sociocultural de una sociedad sometida y resignada se evidencia en la manipulación de conceptos y narrativas, utilizada como herramienta para "lavarle el cerebro" a sectores vulnerables.

El discurso por sobre la realidad, impuesto y repetido la misma  cantidad de años que ha gobernado el "gildismo", recurre a tácticas propagandísticas de saturación todo el tiempo (es tan sencillo como mirar o escuchar los medios oficiales) ,en los sectores más desfavorecidos, manteniéndolos en una posición de subordinación y limitada autonomía creyendo que hay una sola verdad.

Además, la absoluta sumisión del Poder Legislativo y Judicial, completan este cuadro patético. De la misma manera, cuando el eterno gobernador es alcanzado por el imperio de la Ley en una república donde "a veces" hay división de poderes, lo que hace el aparato mediático, con recursos públicos, es convencer a través de esta propaganda, que la vida de carencia permanente podría transformarse en algo peor, si Gildo no está.

La pobreza como herramienta política

Hoy la posibilidad de que el hombre que ha transformado a una provincia en su propiedad privada ya no esté en el poder, no es una abstracción, es una realidad que llega muy tarde pero llega. Llega con un inconsciente colectivo severamente dañado en cuanto a la apropiación de sus derechos o lo que el kirchnerismo denomina "empoderamiento", algo tan falso como impostado en su significado sobre todo en los 12 años de la década robada (hoy por suerte solo un mal recuerdo).

No hay dejar de considerar que el ejército del PJ, se nutre de personas con ingresos por debajo de la línea de la pobreza que asumen con resignación que nada cambiará porque "así nomás es" con un invisible designio supremo pero también asumen que lo mejor es el caudillo que los mantiene vulnerables y marginados, mientras a él lo rodean millonarios. Esto sin embargo se está terminando, aunque en Formosa los procesos sociales sean mucho más lentos que la legislación y el imperio de la ley (ese es el peor daño).

La caverna de Platón

En la alegoría de la caverna de Platón un grupo de prisioneros encadenados desde el interior de una caverna sólo pueden mirar hacia una pared en la que se proyectan sombras iluminados por un fuego. Dado que no han conocido otra realidad, los prisioneros creen que esas sombras son la realidad.

Un día, uno de los prisioneros es liberado y sale de la caverna. La luz del sol lo ciega y le resulta difícil aceptar la nueva realidad, pero se acostumbra y descubre que el mundo es mucho más amplio. Al comprender la verdad, siente la necesidad de regresar a la caverna para liberar a los demás, pero se encuentra con resistencia y hostilidad, ya que los prisioneros no pueden concebir una realidad diferente de las sombras.

Hoy la oposición festeja que por fin se ha hecho cumplir la Constitución Nacional en la república gildista de Formosa pero no tienen la certeza acerca de su efectivo cumplimiento, es decir, más allá de haber planteado una ruptura y un enfrentamiento hacia quien ostenta la suma del poder, duda.

Pero aquellos que nunca han "salido de la caverna", sometidos y organizados, se encolumnan detrás del barbado lagunense porque tienen miedo al cambio, tienen miedo a la libertad.

¿Los líderes del PJ formoseño tienen miedo a ser libres? ¿Tienen miedo a salir de la caverna? Indudablemente, quizás por razones de conveniencia (enriquecimiento ilícito con recursos públicos por negociados muy probablemente) pero la oportunidad está, si la aprovechan o no seguramente será por otras razones que no tienen que ver con las "sombras" sino con los negocios.

Por otro lado la gran masa de aquellos que le dan el 70% de votos a Insfrán y que viven con las necesidades básicas insatisfechas ¿Aceptarán el desafío de cuestionar lo que se da por sentado como el liderazgo del feudal?

¿Será más fuerte la inercia de vivir mal o encarar la dificultad de aceptar nuevas perspectivas que contradigan creencias arraigadas y atornilladas por tantos años de "amasijo" cultural del modelo formoseño?

Un gran golpe ¿será el definitivo?

El día después del fallo los amanuenses de la Corte han salido a minimizar el fallo de la Corte, lo cual es la muestra más cabal de que han recibido "un mazazo" en el corazón de la militancia rentada porque esto significa que se le puede terminar la kermese de fondos públicos.

Son unos pocos, porque la gran mayoría está esperando que le bajen letra para ver que pueden decir o no. Mientras tanto, Insfrán ya hizo su aparición, afirmando que el fallo de la Corte Suprema como un "Tiro de gracia al federalismo" cuando en realidad es un "Tiro de gracia al gildismo".

La intervención de la Corte Suprema en asuntos provinciales no busca vulnerar el federalismo, sino asegurar que las instituciones locales actúen dentro del marco de la Constitución. Si una provincia toma medidas contrarias a principios democráticos, es deber de la Nación intervenir para proteger los derechos de sus ciudadanos.

 Otra temeraria apuesta

Escuchar al eterno residente del quinto piso decir: "Nosotros en octubre sacamos la necesidad de la reforma de nuestra Constitución y con orgullo vengo a decirles que, una vez más, defendimos los intereses de cada uno de nosotros" es un chiste de mal gusto, tomando en cuenta que queda más que claro que la reforma busca "resetear" a cero los mandatos en el Poder Ejecutivo para postularse nuevamente él y su ahijado Eber.

La única reforma que le importa a Insfrán es aquella que lo mantenga con la reelección indefinida, y continuar manteniendo la perpetuidad de la concentración del poder en una élite política. Que todo cambie para que no nada cambie.

La afirmación de que "ningún porteño nos va a indicar quién va a ser nuestro representante" es parte del relato de cabotaje para la tribuna, entendiendo en su ceguera que hay una soberanía política local (llámese impunidad por sobre la ley) entre el poder central y la provincia, pero ignora que la Corte Suprema representa a la Nación en su conjunto y no a intereses particulares de una región o grupo.

El discurso de barricada de Insfrán no solo demuestra lo de siempre que es la falta de recursos para hablar sino también la falta de respeto institucional pergeñando de antemano una "trampa" con la reforma constitucional, como si esto de verdad fuera posible.

La Ley llegó después de más de un cuarto de siglo

En algunas cuestiones puntuales del fallo, se deja en claro, lo que podría ocurrir de reformar la Constitución provincial  si el eterno residente del quinto piso se quisiera habilitar a él mismo, por supuesto a través de sus súbditos. El voto del juez, Carlos Rosenkrantz es particularmente categórico. Según su argumentación, la oficialización de la candidatura de Insfrán, fundamentada en normativas provinciales, constituye una violación directa de la Constitución Nacional (CN). Este punto es clave, ya que implica que cualquier intento de oficializar su candidatura, ya sea bajo la actual Constitución Provincial o mediante una eventual reforma, seguiría siendo una transgresión a los principios constitucionales nacionales.

Rosenkrantz también hace un análisis profundo sobre las reformas anteriores que permitieron la reelección indefinida de Gildo Insfrán. Según su interpretación, dichas reformas fueron inconstitucionales desde su origen. Por lo tanto, reinstaurar normas similares que vuelvan a habilitarlo sería una nueva violación a la Constitución Nacional. Este razonamiento refuerza la idea de que la figura de Insfrán queda inhabilitada, como mecanismo para garantizar el respeto por los valores republicanos y la alternancia en el poder.

Incluso el juez, Ricardo Lorenzetti, en su voto, hace énfasis en la necesidad de "inhabilitación" la candidatura de Gildo Insfrán como una forma de superar las reiteradas violaciones constitucionales que se han dado en la provincia de Formosa. Aunque el término "inhabilitar" puede parecer polémico, en este contexto se refiere a la imposibilidad de que una persona permanezca en el poder de manera indefinida, en contravención a los principios básicos de la democracia.

El fallo de la Corte Suprema marca un antes y un después en la política formoseña. Establece límites claros a las reelecciones indefinidas e inhibe la candidatura de Insfrán, no solo en el marco de la actual Constitución Provincial, aún frente a cualquier intento de reforma que busque habilitarlo nuevamente.

El fin de ciclo tiene fecha cierta, este es el último mandato de Gildo Insfrán, después de ocho períodos. Aún con un escenario de reforma "tramposa" que incluye desacato a la Corte con conflicto de Poderes .Nada será igual a partir de esta tardía pero necesaria demostración de una república que lucha por ser seria, aunque sea de manera intermitente a más de 40  años de la vuelta a la democracia.