Javier Milei se reunió con Xi Jinping al margen de la cumbre con la intención de abrir mercados
El Presidente mantuvo un encuentro de 20 minutos con el líder de China; pese a su claro alineamiento geopolítico con los Estados Unidos, el jefe del Estado se siente habilitado a exhibir pragmatismo en el plano comercial

Javier Milei cierra hoy su participación en el G20 de Brasil con una seguidilla de reuniones bilaterales que incluyen al líder chino Xi Jinping como punto alto en la agenda. El jefe del Estado no se acercó al inicio de las deliberaciones en el Museo de Arte Moderno (MAM) de Río de Janeiro. Su primera parada del día, en cambio, fue en el hotel Sheraton de esta ciudad, para encontrarse mano a mano con el presidente de la potencia asiática, al margen de las deliberaciones de la cumbre.
Hace meses que la Casa Rosada viene exhibiendo interés en China, en lo que representa un desafío para la diplomacia argentina que, pese a su claro alineamiento geopolítico con los Estados Unidos, se siente habilitada a exhibir pragmatismo en el plano comercial. Milei mantuvo su reunión bilateral con Xi Jinping -estaban previstos 20 minutos- mientras el sherpa argentino, Federico Pinedo, ocupaba la silla argentina en la tercera y última sesión de la Cumbre, enfocada en el desarrollo sustentable y la transición energética.
En Leblon, el hotel Sheraton cerró al resto de huéspedes para recibir a la delegación china, encabezada por Xi Jinping, que arribó el domingo a Río de Janeiro. Milei, por su parte, engrosó su comitiva ayer por la noche, cuando llegó a la ciudad el ministro de Defensa, Luis Petri para participar de la bilateral con China. También viajó especialmente el secretario de Interior, Lisandro Catalán, para mantener conversaciones con funcionarios de la delegación del gigante oriental.
Así, en menos de cinco días, Milei habrá pasado de formar parte de la exclusiva gala celebratoria del triunfo de Donald Trump en Palm Beach a encontrarse mano a mano con Xi Jinping, el otro polo de la principal guerra comercial del mundo.
El Presidente fue mutando su discurso a lo largo de los últimos meses: si en la campaña prometió no hacer negocios con "comunistas"-en alusión a China- en sus últimas apariciones públicas tildó al país como "un socio comercial muy interesante". "No exigen nada, lo único que piden es que no los molesten", le dijo Milei a Susana Giménez semanas atrás.
Tras una primera jornada cargada de intrigas en el G20 por el ambivalente posicionamiento del gobierno argentino de cara a la documento final de la Cumbre, que finalmente Javier Milei suscrbió, el Presidente, además, tendrá una reunión con el primer ministro indio, Narendra Modi, y se verá con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
En las últimas semanas, tanto Milei como su hermana, Karina, comenzaron a mostrar interés en viajar a Pekín. A esta hora, es probable que esas misiones se hagan: el encuentro bilateral de algún modo se anticipó con la cita que los reúne a ambos en Río de Janeiro por el G20.
La economía y la intención de abrir mercados fue la clave en el cambio retórico del Presidente. La decisión china de renovar el swap de monedas (vigente hasta 2026), las compras de soja argentina y el posible nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son las razones que lo llevaron a Milei a protagonizar el giro pragmático.
La semana pasada, sin ir más lejos, el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo -que ahora está en Río de Janeiro junto al ministro de Economía, Luis Caputo- visitó China y mantuvo encuentros con autoridades gubernamentales e inversores. Allí, el funcionario le acercó a los asiáticos los beneficios del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para las empresas chinas.
China, por su parte, pretende reanudar las negociaciones para avanzar con la construcción de dos represas en Santa Cruz que están paralizadas desde hace casi un año. Las empresas encargadas de la obra (Gezhouba, Eling e Hidrocuyo) argumentan que la parálisis obedece a la falta de financiamiento, que depende del acuerdo entre el Gobierno y China.
(La Nación)