La carne no para de subir
Luego de un 2020 con un cierre en torno del 34%, se descongelaron algunos precios; economistas cuestionan la falta de una estrategia integral del Gobierno para encarar una tendencia descendente

El año arrancó con fuertes aumentos en el precio de la carne y en varios servicios regulados, por lo que enero terminaría con una inflación superior el 3,5% y el año en torno del 50 por ciento.
Según el estudio Eco Go de Marina Dal Poggetto, en 2021 se suman “la mayor inercia de partida que existe por la recomposición de precios reprimidos que se monta sobre la dinámica cambiaria caracterizada por una aceleración en el crawling peg (3,4% mensual el ritmo de devaluación promedio de diciembre) y una brecha contenida en 70% frente al 130% de octubre”.
“Difícilmente en un escenario de estabilización la inflación pueda ubicarse por debajo del 50% anualizado”, advirtió Eco Go. De hecho, este es el mismo número que prevén los analistas consultados tanto por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realiza el Banco Central entre las consultoras privadas (49,8%) y similar a las que participan del Forecast Economics, pero se ubica bastante arriba del 29% estimado por el Gobierno en el presupuesto nacional.
En este contexto, Eco Go advirtió que “el riesgo es que el Gobierno avance con la amenaza de congelar precios apuntando a que el salario le gane a la inflación, y que la inconsistencia fiscal y monetaria implícita detrás de esa estrategia limite la capacidad de llegar a un acuerdo con el FMI que aproveche el contexto de hiperliquidez global y vuelva a poner presión sobre la brecha cambiaria”, que se ubica entre el 80 y el 90 por ciento actualmente.
Mientras tanto, el año arrancó con una serie de aumentos ya anunciados. Entre otros el 5% en el caso de los servicios de telefonía fija, móvil, internet y televisión por cable; el último tramo de la paritaria de los encargados de edificio (el aumento será del 6% sobre las escalas de marzo del 2020) y el acuerdo que comprende al servicio doméstico, tres cuotas no acumulativas, 10% con el sueldo de diciembre, un 8% en febrero y un 10% en abril. También, subrayó Eco Go, “los precios de los biocombustibles en enero llegarían al 59,3% y se le sumarían 4 subas consecutivas entre febrero y mayo hasta alcanzar el 90,7% acumulado, el porcentaje de corte se reduciría al 5% y retornaría al 10% en abril”.
Carnes, al alza en enero
En tanto, el estudio LCG destacó que “en la primera semana de enero la suba de precios de los alimentos promedió 1,2%, acelerándose 0,8 puntos porcentuales respecto a la semana anterior”.
“El índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual promedio de 4,5% en las últimas 4 semanas y 5,5% medida punta a punta (primera semana de enero contra primera semana de diciembre). Estos niveles de precios dejan un arrastre para el resto de enero de 3 por ciento”, resaltó.

Guido Lorenzo de LCG dijo que el precio de la carne “sigue siendo el factor de mayor incidencia” en la suba de precios de los alimentos.
“No veo que las medidas relacionadas con el maíz tengan impacto y la demanda suele ser bastante inelástica para este bien. Pero no es lo único; si uno mira un promedio simple, alimentos y bebidas suben a un 1,2% mensual, ese ritmo es altísimo”, aclaró. De mantenerse estos registros “implicaría una suba superior al 5% en enero”.
“Dado que a fin de mes suele desacelerar la suba, esperamos que, de mantenerse ese patrón, pueda rondar un aumento del 3,5 o 4%, esperando principalmente que se autorice el aumento al plan de precios cuidados”, agregó Lorenzo.
El economista contó que “no hay un solo factor que hace acelerar la inflación en un mes; cuando los registros son altos la conducta natural es a aumentar precios como mecanismo de defensa”. “Sin política anti inflacionaria y con un grado de improvisación importante en este frente, difícilmente cambie la tendencia”, se lamentó.
El jueves próximo el Indec dará a conocer el IPC de diciembre y de 2020, que se ubicó como el segundo más alto de América latina, una vez más, por debajo de Venezuela, que sufre un cuadro de hiperinflación crónica.