Con la ambición de cruzar el Bermejo
Insfrán ya no tiene tiempo para subirse a los delirios de presidente porque el cambio empuja a un PJ debilitado y vacío de contenido hacia una estructura más participativa. Tendría que mutar sino quiere desaparecer.

Con el gobernador, Gildo Insfrán, presidiendo el Congreso Nacional del Partido Justicialista, en el estadio cubierto de Ferro, barrio porteño de Caballito, la crisis de Pj quedó expuesta y la recurrente falta de autocrítica plasmada en un bucle interminable del viejo peronismo con olor a cosméticos. Peronismo que no piensa dejar paso a una democratización del partido.
Después de la apabullante derrota en las elecciones que consagraron presidente a Javier Milei, la convocatoria más representativa de los "compañeros" no tuvo la fuerza para movilizar a los militantes o gremios y apenas si llegó al quórum con la acreditación de 466 congresales sobre casi 900 para sesionar.
De Formosa, llevaron a casi el 20% de ese quórum por la cantidad de funcionarios gildistas que subieron a sus estados en Instagram, la reafirmación de su militancia y la preocupación por quedarse sin los profusos fondos con los cuales viven como soberanos, desde hace más de un cuarto de siglo.
Cualquier investigación respecto del derrotero impositivo y patrimonial de los autodenominados, "representantes del pueblo", sería inexplicable pero de manera contradictoria, explicaría suficientemente porque defienden de modo tan enfervorizado la continuidad del feudalismo.
Cualidad del pejotismo
Volviendo al Congreso del pejotismo, no es casual que Insfrán sea el que preside el mismo porque representa la lisiada estructura que no permite democratizar las bases, imponiendo los candidatos a dedo. A esto hay que sumarle que todos los que componían la mesa de conducción de esta reunión nacional, son el componente residual del kirchnerismo que se resiste a desaparecer.
Entre gallos y medianoche, armaron una "declaración" que parece un calco del discurso del barbado lagunense en la apertura de sesiones en la legislatura provincial, sin embargo la militancia favorecida de Insfrán y el propio Insfrán, se quedaron con las ganas y los millones gastados en la campaña, de que el óctuple gobernador de Formosa, fuera ungido como el presidente del PJ nacional.
Otra vez no acompañaron la postulación implícita de los dinosaurios del PJ, de poner al formoseño a "dedo" como presidente del partido.
Defendiendo sus sillones
Por el piso cayeron los delirios mesiánicos de funcionarios bien pagos y la usina de prensa oficial, aunque siguen habiendo declaraciones, después del fiasco del Congreso del PJ. "Hoy más que nunca la patria lo reclama" gritaron los más preocupados por perder la tarjeta de débito nacional y popular en la provincia que impulsa al "hacedor de todas las cosas" como suele decir el locutor oficial en cada acto oficial.
Es así que todos los que fueron con la remera impresa, donde decía "Insfrán presidente", volvieron sin poder sacarse la campera para lucir su extraordinaria obediencia.
A ciencia cierta, las veces que la "Patria" lo reclamó a Insfrán fue para pasar por los tribunales federales y difícilmente eso cambie por una especie de novela épica, escrita a fuerza de pauta oficial para canales de radio y televisión kirchneristas, sumado a actores veteranos, como Guillermo Moreno, Miguel Ángel Pichetto o el último favorecido con la simpatía de los recursos públicos para hacer declaraciones que publican en Formosa, el diputado nacional de Unión por la Patria (UP) y secretario general de la CTA, Hugo Yasky. Quien afirmaba lo necesario que era Gildo para el PJ. "Es uno de los referentes que tiene que jugar un papel importante para garantizar que podamos recomponer nuestro partido y recuperar la iniciativa" para conformar al periodismo militante y rápidamente cambio de tema.
Todos somos culpables
Como Yasky y los de siempre no alcanzaban para mitigar la pena porque el "conductor" no fue presidente del PJ, fue Gildo el que eligió la demagogia puertas adentro, también para salir del mal momento, "Mi prioridad es la unidad del peronismo, porque en el peronismo no sobra nadie. Pero con la unidad no es suficiente. Es necesario que el peronismo vuelva a reconciliarse con su pueblo. No voy a buscar culpables porque sería perder el tiempo" dijo el eterno residente del quinto piso y en el paréntesis del discurso estaba claro que los culpables eran todos los que estaban en el Congreso de (un pedazo del PJ).
Es buena la picardía no buscar responsables del peor momento de su partido, porque sencillamente sería mirarse en el espejo pero rápidamente le aceptaron el pedido de licencia al presidente del PJ, Alberto Fernández, que se borró a España y aun momentáneamente en la Argentina, no aparece sino es en X (ex Twitter).
La vergüenza del peor presidente de la historia, respaldado por todos los que asistían al Congreso, se volvió un "Yo no fui señor", algo tan típico del peronismo que no se hace cargo de nada a lo largo de 70 años. Toda la autocrítica fue tirarle la culpa al títere de Cristina, tomar su licencia como un reconocimiento al fracaso de todos pero con un solo condenado y pasar a criticar al gobierno de Milei, rápidamente.
Demanda de elecciones internas
A la frustración de no traer la presidencia del PJ a la provincia, se sumó la embestida de los algunos rebeldes que sentenciaron que el partido "debe avanzar hacia una conducción elegida directamente por los afiliados". Hablaron de terminar con "el dedazo".
Previo al Congreso corrió la versión de que se convocaría a una interna abierta para elegir autoridades "al estilo Menem-Cafiero". Pero solo se aprobó la conformación de una junta electoral.
"La idea es hacer las elecciones en septiembre u octubre. Yo creo que solo se van a hacer si hay lista única; no creo que se habilite la competencia", confió resignada una congresal porteña.
Fue el ex gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, quien pidió elecciones internas. Recordó que le fue impedido pelear por la candidatura presidencial en 2019, cuando el PJ se ordenó detrás de la nominación de Alberto Fernández que hizo Cristina Kirchner. Por sus posturas, casi no lo dejan entrar al Congreso.
Sergio Berni y el intendente bonaerense Fernando Gray también reclamaron elecciones internas y, aunque sin nombrarlo, cargaron contra la conducción del PJ bonaerense que ejerce Máximo Kirchner.
La intendenta de Quilmes y dirigente de La Cámpora, Mayra Mendoza, al terminar el Congreso salió en defensa de Kirchner. Dijo a un grupo de periodistas que el PJ bonaerense, que contribuyó a la reelección de Kicillof. Criticó a quienes "vienen a buscar un aplauso por cuestiones individuales".
Pese a los planteos contra "el dedazo" y la falta de democracia interna, no se presentó ninguna moción para que sea votada por el Congreso, si quedaron de manifiesto las diferencias dentro del partido por lo que el "Patrón del Norte", volvió con todo el "tour de gastos" y las manos vacías.
¿El modelo Argentino?
El máximo órgano partidario solo pudo aprobar la creación de la llamada "Mesa de Acción Política para el Modelo Argentino", sin definir sus integrantes, acaso por las irresolutas desconfianzas. Pese al pedido de varios congresales, la asamblea peronista no fijó una fecha para llamar a elecciones para renovar el Consejo Nacional.
Quienes quedaron a cargo del "naufragio" son los vicepresidentes, Axel Kicillof, Juan Manzur, Corpacci, Cristina Álvarez Rodríguez, y Analía Rauch Quiroga (ex vicegobernadora de Jorge Capitanich) . Ellos, más el resto del Consejo Nacional, fueron encomendados por el Congreso para designar los integrantes de la Mesa de Acción Política para el Modelo Argentino.
El "resto" del Consejo Nacional, casi de generosidad, comprende a los gobernadores Quintela (La Rioja), Ziliotto (La Pampa), además de Jalil, Insfrán, igual que la CGT y los movimientos sociales.
El cambio o la dispersión
Se vienen las épocas de "vacas flacas" para los que gobiernan con el "látigo y la billetera". Aunque todos se hagan los distraídos e intenten no recordar el desastre que dejaron el país, no podrán recuperarse de las secuelas de la derrota electoral de 2023, cuando se perdió el gobierno nacional y siete gobernaciones .
Insfrán ya no tiene tiempo para subirse a los delirios de presidente porque el cambio empuja a un PJ debilitado y vacío de contenido hacia una estructura más participativa. Tendría que mutar sino quiere desaparecer.
La democracia, tarde o temprano le llega a todos. Primordialmente a aquellos que no quieren soltar el poder, porque eso implicaría seguramente, que "La patria los reclame", pero para rendir cuentas ante la justicia.