Aventurando las elecciones
La cantidad de vacunas rusas, más precisamente la Sputnik V, no alcanzarán para aplacar los ánimos caldeados que se viven por las prohibiciones que a pesar de las fiestas siguen estando vigentes como la restricción de circulación, los días para que trabajen los gastronómicos, entre otros caprichos que para nada configuran un riesgo de contagio en una ciudad donde no hay transmisión comunitaria.

Pero es que el barbado lagunense está decidido a no ceder un centímetro ante nadie, más aún tomando en cuenta que la Corte Suprema de Justicia no ha dicho absolutamente nada respecto de los 8321 formoseños que debían ingresar y de los cuales solo ingresaron 2774.
Tanto la justicia federal de Formosa en sus dos juzgados como la Cámara de Apelaciones de Resistencia han cambiado la postura desde que se fue el ex juez federal subrogante, Fernando Carbajal y todos aquellos que se encuentren en una situación de abusos o excesos, no tienen absolutamente nadie a quien acudir. Están a merced del buen o mal humor de la mesa del COVID y su efector inmediato, la justicia provincial con la policía de la provincia.
Mucho relato.
De 3400 dosis que de por si eran escasas, llegarán 1700 en una primera tanda a Formosa. En total para todo el país han llegado 300 mil dosis y todos se preguntan porque el gobierno no trajo las suficientes dosis para todos los argentinos, si de hecho los recursos son los suficientes.
Esto a todas luces afectará directamente a la provincia por ser una de las que menos complicada tiene su situación epidemiológica pero a su vez demorará la nueva normalidad que por supuesto estará supeditada a otras provincias con contagios más masivos.
Los primeros en ser vacunados serán los trabajadores de la salud que están en la primera línea de la ofensiva contra el coronavirus, luego los grupos vulnerables sin embargo por la cantidad exigua de vacunas, los problemas con las restricciones seguirán siendo exactamente los mismos.
La frontera
En punto más álgido está en el corte de la ciudad de Clorinda, que ya lleva más de una semana y que ha sido atacado desde todos los frentes para derrumbarlo. El judicial con el Defensor del Pueblo, presentando una denuncia por la situación de potencial desabastecimiento de ese municipio, en donde la idea era el desalojo compulsivo y por la fuerza. Una frustración del funcionario ha sumado denuncia tras denuncia por varios cortes y que sin embargo no han tenido un solo desalojo con represión de la Gendarmería Nacional, pero claro no se cansa de intentar y ahora le tocó a la ciudad fronteriza.
Una denuncia del gobierno de la provincia por no haber dejado pasar un camión de la UCPIM con medicamentos, que según el testimonio de los que manifestaban si pasó y si pudo entregar toda su carga al Hospital local, Felipe Arnedo.
Falta dialogo
No ha habido una sola negociación directa del gobierno de Gildo Insfrán en todos estos días con los clorindenses que cortan hasta el día de hoy, inclusive Navidad y Noche Buena, la circulación de la ruta nacional N° 11.
Si un acercamiento del intendente, Manuel Celauro, con propuestas que después no eran respaldadas en las sucesivas conferencias de prensa del Consejo de Atención Integral a la Emergencia, COVID 19.
Y aunque el gobierno no ha negociado con estas personas, considera al bloqueo, como un “autobloqueo” de la ciudad y con las instancias agotadas. ¿Cuáles instancias agotadas si tampoco se acercaron a negociar ni enviaron a un mediador?
Insfrán sigue imponiendo la impronta autoritaria como en todos estos meses de restricciones, una catarata de contravenciones y causas penales. A su vez se excusa a través de sus voceros en que ninguna provincia tiene los resultados que Formosa, por lo que no escucha la queja de los comprovincianos.
Hay que abultar la caja
Encerrado en el quinto piso no está dispuesto a consultar a nadie sobre las decisiones que tome sobre las libertades de los 640 mil formoseños pero en el contexto de políticas restrictivas de los derechos, el eterno residente del quinto piso no tiene problemas para seguir haciendo de las suyas y el miércoles pasado, convirtió una vez más a la Legislatura de la provincia en una escribanía de gobierno.
Modificó algunos artículos de la Ley 696 para empleados públicos y ahora el estado podrá jubilar de oficio a cualquier empleado público que cumpla la edad y que tenga todos los aportes, no importa cuál sea su situación. Esto obviamente deja afuera a todos los funcionarios VIP que tiene igual cantidad de años viviendo de lo público.
Pero del otro lado, habrá por ejemplo enfermeras entradas en años que cobran sus sueldos bajos y que pueden gracias a las guardias liquidadas en negro, sumar otro sueldo más. Habrá otras personas con adicionales, también en negro, que se quedarán sin poder tener ese ingreso extra sobre los haberes aplastados y miles de formoseños pasarán a engrosar las filas de pobres, con salarios que no podrán cubrir la canasta alimentaria básica.
Tierra adentro
Ni hablar de los indignos haberes en los municipios del interior donde existen ciudadanos de segunda con salarios mucho peores que los de la ciudad de Formosa.
La obediente legislatura también le dio facultades a Rentas y a la Secretaría de Defensa al Consumidor para clausurar comercios en los municipios del interior encabalgándose sobre atribuciones propias de la autonomía municipal, modificando el Código Fiscal y la Ley impositiva.
En la misma quermese en donde trataban leyes en una sesión extraordinaria, se aprobó el presupuesto de la provincia 2021 que tiene casi un 70% de los recursos para pagar sueldos del estado y una ínfima parte destinado a fomentar la inversión o la industria.
Dinero en abundancia
Con un superávit preanunciado, que no será el mismo que en otros años, la provincia estima un presupuesto de 120 mil millones pero aún repitiendo este excedente, por una supuesta buena administración, también prorrogó la ley de emergencia económica que ya lleva tantos años, como Insfrán frente al gobierno.
El séptuple gobernador ha creado una deuda interna enorme, ajustando y recortando fondos, en todos los servicios públicos, donde el principal factor a cercenar, evidentemente ha sido el salario. Precisamente fruto de esa deuda interna resulta el superávit que cierra un “balance chapucero”.
Los recortes siempre son para los que no pertenecen al gerenciamiento de los fondos públicos, ellos no tienen problema ni los han tenido durante años. De hecho los únicos negocios que se fundieron fueron los independientes. Los negocios con el estado, después de un sacudón al inicio de la cuarentena, se transformaron rápidamente para dar paso al negocio de la pandemia.
Fiesta de despilfarro
Dicho por los propios funcionarios de la mesa del COVID, un día de alojamiento para personas en situación de aislamiento ronda los 70 mil pesos, sin embargo un día de internación, facturado por la obra social más numerosa de la provincia, el IASEP, factura la cantidad de 12 mil pesos ¿Cómo se explica la diferencia?
Empresas de seguridad privada que facturan 3 millones de pesos por encargarse del cuidado del Hospital Interdistrital Evita, cuando en realidad es la policía de la provincia, con recursos públicos la que lleva la gran carga de la seguridad en todos los establecimientos sanitarios o CAP dentro del sistema de salud en la emergencia.
Colchones y camas comprados a granel sin una transparencia en los fondos públicos que después se destruyen por cientos en un incendio generado a través de una falla eléctrica en un galpón de la policía de la provincia. Antes nunca ocurrió un siniestro de esa naturaleza en el mismo lugar.
Para muchos, la pandemia ha sido la oportunidad de hacer negocios redondos y para otros ha sido la razón de una empresa fundida.
Disidentes en la tropa
Lo cierto es que no hay que revisar mucho para entender que el lagunense, sacó ventajas de todo lo que pudo en una situación donde tenía y tiene a la gente extremadamente controlada. No fue el aumento de la delincuencia o el narcomenudeo, el que provocó que la policía mejorara sus recursos logísticos, fue el tener encerrada a la gente durante meses lo que pulió la nueva normalidad del Gran Hermano, siempre dispuesto a dar un paso más sobre las libertades.
Pasó por un tamiz a quienes lo rodean y ya hasta bocetó un nuevo esquema de poder, en donde su ahijado, el vicegobernador, tiene un rol importante. Teme que la próxima interna pejotista en la provincia lo agarre débil y con un enemigo íntimo dentro de sus propias filas.
Insfrán ya no goza de la simpatía kirchnerista, desde el edificio Patria y hasta lo consideran parte del cambio cultural que debe darse en el país, aunque haya sido uno de los gobernadores que más aportó a la campaña. Es probable que tome la misma medicina, que hizo soportar, a quienes contribuyeron para la primera conquista de su codiciado sillón.
La deslealtades, un molinete
Hacia el futuro el problema del veterano gobernador no es la oposición que parece haberse perdido como el respeto por la constitución en tiempos de pandemia sino el propio peronismo que ya lo ve desgastado y sin las mismas fuerzas. Rodeado por funcionarios angurrientos de poder y que lo mantienen en una burbuja, sale solo para inauguraciones en las que ha pasado de decir los discursos sin las hojas, a leerlos con dificultades evidentes.
Insfrán ha apelado a la vuelta de las ovejas descarriadas como las del bogadismo y trata de traer de vuelta a las filas del PJ a todos los que le hicieron frente litigante en las últimas elecciones. En la política todo vale, mucho más dentro del armado del poder, pero ese poder está amenazado y ahora el apremiado es él, más preocupado por las traiciones que por el rechazo de los formoseños por los abusos en pandemia.