Comienzan los alborotos
Fue la filántropa Natty Petrosino, conocida como la Madre Teresa Argentina, la que le dijo a Insfrán, desde la comunidad de El Divisadero, después que la policía de la provincia la procesara por violar el Art. 205 del Código Penal, “Gildo, la siembra es libre pero la cosecha es obligatoria”, evidentemente el eterno residente del quinto piso no escucha a nadie ni siquiera a guías espirituales admiradas por todo el planeta por hacer el bien.

El veterano gobernador sigue manteniendo un bloqueo salvaje en la ciudad de Clorinda porque no puede resolver el paso ilegal de ciudadanos paraguayos y tiene miedo que los contagios comunitarios lleguen a Formosa. No importa lo que tenga que hacer, mandar a sus ministros a aplicar el código de faltas, el código penal, un PCR negativo imposible de conseguir, cuarentena, si es necesario mandar a toda la policía completa pero de Clorinda, de Clorinda no sale nadie.
Como los relatos
La ciudad fronteriza es un ejemplo vivo, de cómo el barbado lagunense impone por sobre la constitución nacional, un bloqueo durante más de 100 días que no permite que nadie salga sin un PCR negativo, algo que se torna imposible de conseguir con la excusas más variadas de los organismos públicos encargados de realizarlos.
En muchos lugares de la Argentina, los hisopados se pueden tramitar en laboratorios privados pero en Formosa, como ha ocurrido con el Dengue, el monopolio de los análisis críticos, los tiene el estado, acompañado de una fuerte sospecha de la manipulación de sus resultados.
En este contexto de sospecha y hartazgo, un video que fue grabado involuntariamente, en la previa de la visita del Ministro de Obras Pública de la Nación, Gabriel Katopodis configuró la gota que rebalsó el vaso. En esa grabación se los veía hablando de manera distendida al intendente de la ciudad de Clorinda, Manuel Celauro y al Ministro de Gobierno, Jorge González.
Corte de ruta resistido
La cuestión hubiera pasado inadvertida sin ambos funcionarios no se hubieran divertido, con la situación que atraviesa esa ciudad con cerca de 80 mil habitantes quienes, una vez viralizada la grabación, no duraron en repudiar lo que consideraron una burla a la situación de bloqueo interminable de Clorinda.
El repudio se transformó en el corte de ruta que ya lleva cinco días en donde exigen la finalización del bloqueo y la libre circulación de los clorindenses pero el gobierno lejos de leer el pedido desesperado de la gente, jugó a ignorar la protesta y dejar que los manifestantes se terminen cansando.
Esta situación de apostar a la profundización del conflicto social por abandono del estado, está empezando a ocasionar conatos de violencia, entre camioneros y la gente que corta la ruta con una Gendarmería Nacional que con unos pocos efectivos no garantiza que los hechos lleguen a terminar en un enfrentamiento abierto.
Clorinda iba a ingresar en un estado deliberativo respecto del levantamiento de las restricciones del bloqueo pero fue el video de González y Celauro lo que echó por tierra las ilusiones de los clorindenses y las difusas propuestas del Ministro de la Comunidad, Aníbal Gómez como así también del jefe de gabinete, Antonio Ferreira de evaluar la situación de Clorinda.
Algunas razones
El epidemiólogo, Dr. Mario Romero Bruno exhibió por tres días seguidos los números en cuanto a evaluar la situación de Clorinda donde consignó que por los indicadores de casos positivos cada 100 mil habitantes, esa ciudad tiene un índice más elevado de contagios que toda la provincia y que es considerada de riesgo medio.
Asumió también que no pueden determinar el origen como así también los contactos estrechos de algunos casos positivos y tras cartón dijo que los hisopados realizados no son suficientes para caracterizar una muestra suficiente de la población.
En pocas palabras dijo que Clorinda seguiría bloqueada pero la solución parece, desde la crisis del corte, haberse corrido del eje sanitario para anclar en lo político. La queja de los clorindenses es, “Si el problema es la frontera, nos usan a todos los de Clorinda como una barrera sanitaria ¿Por qué entonces no bloquean Laguna Blanca o Laguna Naineck?”.
Una alternativa

Ayer por la tarde y después de varias situaciones de violencia por parte de los camioneros, el intendente, Manuel Celauro, se hizo presente anunciando que en dos días levantarían el bloqueo de la ciudad y solo se pediría un hisopado rápido de 20 minutos sin cuarentena y los manifestantes le pidieron tiempo para deliberar las condiciones del levantamiento de la medida.
El gobierno empieza de a poco a entender que corregir el rumbo no implica demostrar debilidad sino humanidad, algo que ha faltado y en demasía a lo largo de 9 meses de cuarentena. Deberán ajustar las estrategias para seguir manteniendo el estatus sanitario porque es su obligación como estado y no tiene más remedio que hacerlo.
Pero por sobre todas las cosas deberán flexibilizar determinadas restricciones que no tienen ni pies ni cabeza a esta altura de las circunstancias.
Otra asonada
Otra rebelión en el gallinero que alteró la siesta del séptuple gobernador fue la amenaza de los gastronómicos de abrir todos los días, cumpliendo protocolos. Por ahora solo pueden abrir, con protocolos, los días viernes, sábado y domingo. Nadie entiende porque no lo pueden hacer los días lunes, martes, miércoles y jueves.
La circunstancia es que esta medida arrancaría el próximo martes pero el gobierno apeló nuevamente a la imposición advirtiendo que no le temblaría el pulso para aplicar todo el rigor de la ley con los comerciantes que incumplieran lo normado.
Los gastronómicos dieron un paso atrás y levantaron la medida, entendiendo que el diálogo para trabajar más días sobrevendía luego. Nada más equivocado, el Consejo no los convocó ni tienen pensado convocarlos.
Buscar con quien enemistarse
Nuevamente aumentan la presión sobre un clima de conflictividad. “Íbamos a protestar trabajando que es nuestra manera de protestar” habían manifestado pero ante la amenaza de clausuras decidieron volver a dialogar sin embargo el diálogo se cortó.
El castigo de los funcionarios de Insfrán, es no permitirles trabajar (otro derecho constitucional), como si lo hacen tres días a la semana necesitando los otros días para cubrir los costos, más sueldos y aguinaldo. Claro, ninguno de los ministros que hoy pontifica desde la mesa del COVID tiene problemas de ingresos porque religiosamente tienen la plata depositada en sus cajas de ahorro. El estado es el mejor empleo, para los que no arriesgan ni se esfuerzan a superarse. El gobierno premia la “lealtad”(o sumisión), por sobre la eficiencia.
Sin posibilidades ni dinero
Al trato con absoluto desprendimiento de una empatía con el trabajador independiente, se suma la deshumanización que antes nombrábamos. El gobierno solo ha dejado entrar a 2774 formoseños de los 8321 ordenados por la Corte Suprema de Justicia y los informes de porque más de 5000 han quedado afuera resulta en explicaciones porcentuales sin mayores detalles.
Los abogados de los “varados” denunciaron que el gobierno hizo lo imposible para evitar el ingreso de la mayor cantidad de personas y solo cumplió parcialmente la orden de la Corte Suprema de Justicia. El máximo órgano de justicia será quien defina la suerte de las decisiones unilaterales del eterno residente del quinto piso, abyecto a que alguien le diga lo que tiene que hacer en su provincia.
Un perfil escondido
La pandemia ha desnudado la faz más arbitraria del más de un cuarto de siglo gobernador de Formosa e inclusive el peso de la edad del mandatario que por ejemplo, realizó una cadena para repasar números de los ingresos cuando antes ya los había dado el Ministro de Gobierno, Jorge González.
Con un discurso anacrónico, leído y con muchas dificultades para la expresión (más de las habituales) preocupa la lucidez del gobernador formoseño y a su vez pone en dudas ¿Quién toma las decisiones en el gobierno de la provincia?
Por otra parte el querer hablar en guaraní, y hacerse el “grotesco”, le está por costar caro al ministro “ vyrorei” que ha sido reprendido fuertemente por él lagunense.
Es evidente que Insfrán, no pasa por el mejor momento de salud pero a su vez, empiezan a recortarse los sucesores por detrás del primer mandatario. En voz baja estiman que no volverá a postularse para un nuevo mandato, lo que desatará unas internas feroces dentro del “pejotismo” formoseño.
¿Todo en familia?
La ilusión de Insfrán es dejar todo armado para su familia, entre ellos su ahijado, Eber Solís pero el inexperto vicegobernador que subió de a saltos al poder, apañado por el cariño de su padrino, no podrá resistir el embate de los veteranos detrás de Insfrán.
La pandemia también ha servido para adelantar las crisis sociales en una Formosa que hoy vuelve a poner a los jóvenes como protagonistas del cambio, exigiéndole a un anquilosado gobernador, reflejos para atender el reclamo generacional y exigiéndole también a la oposición que promueva figuras nuevas. Lo mismo de siempre ha entrado en crisis y la modernidad líquida llega para todos, aunque Formosa sea un país aparte.