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comentario politico semanal

Desilusión y esperanza: El voto, es el instrumento

La famosa frase del desaparecido ex presidente Raúl Alfonsín. "Con la democracia, se come, se cura y se educa, pero no se hacen milagros". Más vigente que nunca. La sociedad está convocada para convertir la desilusión en esperanza. Ir y elegir, es su responsabilidad.

Desde que se instituyeron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, la oferta electoral es más depurada en casi todo el país puesto que solo pasan las opciones más representativas y solos aquellas que le interesan al elector se definen en las generales.

Y al señalar "en casi todo el país", por supuesto no se suma el fenómeno "Formosa", que es una isla de casi todo análisis que se realice con el sentido común para evaluar funcionarios eficientes, a la hora de mejorar la calidad de vida de los formoseños.

Hoy la calidad de vida respecto de trabajadores estatales de la provincia en relación de dependencia, tiene a empleados formales, con los salarios por debajo de la mitad de la Canasta Básica Total. Es decir, la mayoría es pobre de acuerdo a sus ingresos, ni hablar del interior provincial con ingresos de indigencia, pero aún con la pobreza certificada por la patronal y la gran complicidad de la burocracia gremial enriquecida, existe o hay en gestación un acto reflejo en el sentido de salir de ese estado de insatisfacción continua.

 

Durar es la frase de vida

 

Sería inconducente buscarle una explicación de cualquier índole porque las respuestas serían tan numerosas como variadas. Ahora, la mala calidad de vida del formoseño aumenta todos los años, potenciada por las pésimas políticas económicas de los últimos 20 años.

¿Cuándo fue la última vez que el Ministro de Economía de Insfrán se refirió al poder adquisitivo de los empleados estatales?¿Jorge Ibáñez alguna vez explicó porque una familia promedio que depende del estado provincial es pobre y no llega a la Canasta Básica Total? No, nunca. Alguna vez, en esto 20 años, ¿Dijo que lo resolvería? Tampoco, nunca.

El Ministro de Economía de Insfrán, aparece esporádicamente solo para la campaña y de vez en cuando, cita algunas estadísticas sobre mejoras en la recaudación provincial como contrastando lo bien que le va a la economía de Formosa, como si estuviera desprendida del resto de la decadencia en la que esta el país por la inflación descontrolada.

Recaudar y no distribuir

Ibáñez, atribuyó este resultado a la recuperación de la actividad económica en la provincia, impulsada de manera significativa por los sectores comerciales, industriales y de servicios, entre ellos se encuentran inversiones estratégicas, políticas gubernamentales enfocadas en el desarrollo regional y una mayor integración en el contexto nacional.

Sin desmelenarse, cerró afirmando que: "El crecimiento económico de Formosa no solo se mide en términos de cifras y estadísticas, sino también en el impacto positivo que ha tenido en la calidad de vida de sus habitantes".

En realidad el crecimiento de la recaudación va directamente relacionado, al cero total en el que colocaron a la economía de la provincia por las restricciones descabelladas por el COVID 19, con más de la mitad de los comerciantes deshechos y lo más cercano, una inflación anual de más del 160% en los últimos meses ¿De dónde sale el optimismo de Ibáñez? Peor aún, si la pobreza aumentó de manera evidente en la provincia y todos los indicadores sociales se agravaron (como en todo el país), con los precios remarcándose cada 24 horas y el dólar estallando ¿Por qué uno de los funcionarios más añejos del barbado lagunense sale a festejar como si fuera navidad, el peor momento del gobierno de Alberto Fernández?

 

La inflación como impuesto

Como sea, este domingo, las PASO  van a anticipar el estado de ánimo de la gente. Solo lo van a adelantar, porque luego vendrá el tiempo de la campaña final para las elecciones generales de octubre. Pero no existe (como en Formosa), alguien desde otra esfera de gobierno, que como en el gabinete de Insfrán, piense que estamos mejor que nunca. Eso es una chanza.

No solo viven otra realidad que la de todos los argentinos sino que además asumen que nada pasa, mientras cada 24 horas, los precios corren una carrera enloquecida y el poder adquisitivo se hace cenizas en las manos de los consumidores.

 

La participación es parte de la salida

En ese contexto la gente parece haberle restado importancia a las PASO. No definen nada, no eligen nada, solo afecta a los que están comprometidos con las internas. De hecho han vaticinado que el porcentaje de participación sería significativamente bajo.

Pero así como los funcionarios de Insfrán parecen bufonearse constantemente de la gente, exhibiendo una bonanza que no existe y el efecto a mediano plazo de esta continua práctica hace que los electores le resten importancia a su participación en un proceso político que consideran, "No sirve para nada".

En sentido contrario, las PASO no son el problema. Por el contrario, hay que potenciarlas, complementándolas con otras medidas que creen más incentivos para fortalecer a los partidos y alianzas nacionales. Así los dirigentes tendrán más herramientas para construir acuerdos amplios y estables y tener estrategias coherentes a través de todo el territorio nacional. Entonces, los votantes podrán saber quién está con quién, hasta dónde llega el oficialismo y dónde empieza la oposición. Si las opciones no se entienden no hay responsabilidad ni gobernabilidad posible. Esa tiene que ser la agenda de la reforma política.

Astucia de los que están

La no participación ciudadana, les sirve a aquellos que viven hace años, con una ingeniería del engaño, siempre encarnados en cargos políticos. El desánimo, la desesperanza o el "nada va a cambiar" es parte de la estrategia para "eternizarse" en cargos legislativos o ejecutivos.

Por eso cuando mayor participación y compromiso exista en los procesos electorales, internos o generales, mejores posibilidades de "depurar" las estructuras políticas, muchas de ellas "disfrazadas" al solo efecto de acompañar estructuras hegemónicas o feudales.

Otro domingo decisivo transcurre de la mano de la voluntad ciudadana y sea cual fuere el resultado, el pueblo es soberano y será responsable por aquellos que lo gobernarán los próximos años.

Años que serán muy duros, con decisiones muy difíciles pero que si siguen siendo equivocadas, nos llevarán a un pozo mucho más profundo que solo el de una economía desbastada y una clase política millonaria.

Nos llevarán a una decadencia moral y la degradación social cada vez más evidente, ante el crecimiento de la pobreza, la droga y el asesinato de hasta niños, para robarle un celular.