La adicción al café o al té, ¿qué lo provoca?
La cafeína puede causar diversos efectos, como por ejemplo, la dependencia a ella.

Por Carla Caballero, Nutricionista MP 23
Ambos tienen sabores definidos que muchas personas encuentran de su agrado; pero no sólo es su sabor lo que determina la dependencia de algunas personas que lo toman desde las primeras horas de la mañana hasta muy noche. Quienes ingieren mucho té o café buscan ese estado de alerta o la claridad de pensamiento que experimentan después de ingerir una taza de cualquiera de ambas bebidas. Esas propiedades «que despiertan» pueden crear dependencia.
La sustancia que estimula el sistema nervioso es la cafeína, que también se encuentra en las vainas de cacao, usadas para elaborar chocolate y en las nueces de cola, empleadas para preparar bebidas de cola. Algunas bebidas, al igual que algunos medicamentos, tienen cafeína. El té contiene pequeñas cantidades de una sustancia estimulante parecida y más potente: la teofilina.
En exceso, la cafeína puede causar irritabilidad, nerviosismo, frecuencia cardiaca irregular, dolor de cabeza, insomnio y otros efectos secundarios desagradables; sin embargo, no se ha determinado que esté relacionada con varios tipos de cáncer.
Cuando la cafeína es absorbida por el torrente sanguíneo, puede llegar a cualquier parte del cuerpo y causar diversos efectos. Provoca que el corazón bombee más sangre, pero al constreñir los vasos sanguíneos del cerebro, disminuye consecuentemente el volumen de sangre que lo irriga. Tal vez lo compensa estimulando la corteza cerebral, la parte externa del cerebro, para mantenernos alerta.
Aun así, es conveniente vigilar la ingestión de esta sustancia; tenga siempre presente que una lata de gaseosa puede contener tanta cafeína como una taza de té, y de media a una quinta parte de la que hay en una taza de café concentrado.
Quienes gusten del sabor del café y del té, no de la cafeína que contienen, pueden usar productos descafeinados que ofrecen el mismo sabor, pero sin los inconvenientes mencionados.

EL CAFÉ HOY
Para los estadounidenses, los mayores consumidores del mundo, Seattle es el nuevo hogar espiritual del café. La ciudad más lluviosa de entre las principales de los Estados Unidos dio a luz, en la década de 1970, una cultura cafetera o de " Latte " que se impuso en los Estados Unidos y mejoró de forma espectacular la calidad general del café que toman los estadounidenses. Hoy en día, en cualquier lugar público de los Estados Unidos habrá uno o varios puestos de café que presentarán una variedad de cafés, bebidas y refrigerios.
Esa recién descubierta "cultura cafetera" ha comenzado a extenderse al resto del mundo. En los países que ya tenían gran tradición cafetera, como Italia, Alemania y los países escandinavos, agregaron nuevos conversos a los placeres del buen café. Hoy es posible encontrar buen café en cualquier ciudad importante del mundo, desde Londres hasta Sydney y hasta Tokio; mañana se tomará más café en todo el mundo y, lo que es más importante, un café mejor.
EL CAFÉ ES UN PRODUCTO BÁSICO MUNDIAL
No es posible exagerar la importancia del café en la economía mundial. El café es uno de los productos primarios más valiosos, segundo en valor durante muchos años únicamente al petróleo como fuente de divisas para los países en desarrollo. El cultivo, procesamiento, comercio, transporte y comercialización del café proporciona empleo a millones de personas en todo el mundo. El café tiene una importancia crucial para la economía y la política de muchos países en desarrollo. Para muchos de los países menos adelantados del mundo, las exportaciones de café representan una parte sustancial de sus ingresos en divisas, en algunos casos más del 80%. El café es un producto básico que se comercia en los principales mercados de materias primas y de futuros, muy en especial en Londres y en Nueva York. (FUENTE OMC).-