"Una jura de la bandera diferente"
"Corrían los primeros días del mes de Marzo de 1982 cuando fuimos incorporados al Regimiento de Infantería de Monte 29 "Coronel Warnes", como conscriptos clase 1963 para cumplir con el servicio militar obligatorio.

Desde la memoria de un soldado formoseño, fluyen los recuerdos de la jura a la bandera cuando fueron trasladados al sur en el conflicto bélico por las Islas Malvinas.
"Corrían los primeros días del mes de Marzo de 1982 cuando fuimos incorporados al Regimiento de Infantería de Monte 29 "Coronel Warnes", como conscriptos clase 1963 para cumplir con el servicio militar obligatorio.
Luego de unos días nos trasladamos al Patronato para realizar la instrucción militar, cuando un 2 de Abril llega la noticia de que se recuperaron las islas Malvinas mediante un golpe comando.
A consecuencia de ello regresamos a la base del Regimiento sin completar el periodo de instrucción, donde se licenció a la clase 63 y reincorporaron a la clase 62.
Ante la no presentación de la totalidad de los soldados ya dados de baja, se completó el cuadro de efectivos de la Compañía de Servicios (a la cual yo pertenecía) con 10 soldados de la clase "nueva", yo era uno de ellos.
Siempre pendientes de las noticias y de la llegada de la flota inglesa, nos fueron entregando pertrechos y vestimenta a manera de preparación ante un posible traslado de la unidad hacia el sur del país, y porque no, hacia Malvinas.
Es así que un 14 de Mayo de 1982 por la tarde partió mi compañía rumbo al sur en los colectivos de la Empresa Godoy (algunos equipos y pertrechos ya habían partido unos días antes en camiones) hasta la ciudad de Resistencia, desde donde nos embarcaron en avión hasta la Ciudad de Río Gallegos.
Llegamos cerca de las 22 hs y de ahi fuimos trasladados en camiones hasta nuestro destino: el pueblo de Comandante Luis Piedrabuena. Allí se encontraba la sede del Batallón de Combate 181 y del Grupo de Artillería 11, a orillas del Río Santa Cruz, lugar al que arribamos en la madrugada del día 15.
Ya descartada por el momento, la posibilidad de trasladarnos a las Islas, ante el bloqueo impuesto por la Armada Británica; la Compañía de Servicios, junto al alto mando del Regimiento quedó "acantonado" (término militar) en Luis Piedrabuena; otra parte del Regimiento se distribuyó en Puerto Santa Cruz y otra mas en Puerto San Julián.
Así transcurrieron los días del conflicto, con prácticas de tiro, manejo del polvorín, alertas y movilizaciones ante sospechas o información de algún desembarco inglés por la noche en costas argentinas.
Algunas veces recibíamos cartas o encomiendas de familiares o de desconocidos; otras veces bajábamos al pueblo donde desde la única cabina telefónica que había, pedíamos la llamada a la operadora y esperábamos 2 o 3 horas para comunicarnos con nuestra familia.
Llegaban las noticias de las Islas Malvinas donde la guerra no iba bien para los argentinos, hasta el triste, pero predecible final, que fue la rendición de Puerto Argentino el 14 de Junio de 1982. La guerra había terminado.
Desde entonces comenzó otra etapa, la espera del retorno a Formosa.
Mientras tanto, se acercaba otra fecha que siempre queda marcada a fuego en el corazón de un soldado: el 20 de Junio, jura de nuestra Bandera.
Es así, aunque parezca una ironía, éramos soldados "preparados" para el combate sin haber jurado lealtad a la Bandera.
Fue entonces que los 10 soldados de la "clase nueva", comenzamos los preparativos para el acontecimiento con prácticas de desfile y el ensayo del: "SI JURO". Si, éramos 10 soldados que dejamos huella en el playón de arena y piedra de aquel cuartel practicando el desfile.
Llegó el gran día: 20 de Junio, el pueblo se acercó a los costados de la Av. Principal para presenciar el acontecimiento donde los soldados del Batallón de Combate 181 y del Grupo de Artillería 11 estaban presentes (ambos estaban íntegramente formados por soldados clase 63 (la mayoría de Buenos Aires), a los cuales nos sumamos los "10 representantes del RIMte 29".
¡Fue entonces que gritamos el "SI JURO"!, como nunca…
Recién desde ese momento estábamos preparados para morir por nuestra bandera, aunque sin saberlo, con los pensamientos e ilusiones de un joven de 19 años, ya estuvimos dispuestos a hacerlo.
Llegó nuestro ansiado retorno… el 29 de Junio de 1982. La tarde de aquél día llegamos al playón del Regimiento donde se encontraba una multitud de gente entre familiares y amigos que sabían antes que nosotros el momento de nuestra llegada.
Al abrazarme, fue el único momento de mi vida en que vi llorar a mi padre; entonces ahí comencé a darme cuenta lo difícil que fue esta guerra para nuestras familias, la de los soldados, ni pensar en las familias de aquellos que quedaron y jamás regresaron.
En algún lugar de la casa de mis padres, quedó un diploma donde dice en letras góticas "Se deja Constancia que el soldado clase 1963 José Raúl Dubos, juró lealtad a la Bandera Nacional el día 20 de Junio de 1982, en el Acantonamiento del RIMte. 29 en Comandante Luis Piedrabuena – Provincia de Santa Cruz"
Sin dudas, fue una jura de Bandera diferente.