Otra vez Antonio Caldera: el intendente de Chiriguanos, aparentemente borracho, golpeó a un joven de 16 años y lo hospitalizaron
La madre de Luis, Susana Ruíz, intentó intervenir para proteger a su hijo, pero fue amenazada por Caldera, quien le dijo: "Andá a denunciarme, te voy a mandar a la brigada para que te maten como perro".

El domingo 2 de abril, alrededor de las 00:00 horas, el Intendente Antonio Caldera, en aparente estado de ebriedad, agredió brutalmente al joven Luis Delgado, de 16 años y empleado de la municipalidad en la localidad de Los Chiriguanos. El incidente tuvo lugar en la plazoleta del pueblo, donde el funcionario acusó a Delgado de haber robado en su domicilio personal en febrero.
Según testigos, la discusión entre Caldera y Delgado duró apenas unos minutos antes de que el Intendente comenzara a golpear al menor. La madre de Luis, Susana Ruíz, intentó intervenir para proteger a su hijo, pero fue amenazada por Caldera, quien le dijo: "Andá a denunciarme, te voy a mandar a la brigada para que te maten como perro".

Tras el altercado, Susana y su hijo acudieron a la comisaría de Los Chiriguanos para denunciar el ataque, pero la policía local se negó a tomar la denuncia. Finalmente, tuvieron que trasladarse a la localidad vecina de Ingeniero Juárez para realizar la denuncia penal. La madre de la víctima, Susana, expresó su decepción y enojo con el Intendente Caldera: "Yo ponía las manos en el fuego por Antonio. Nosotros le tapamos cantidad de cagadas, nos callamos mucho y lo defendíamos a muerte, pero lo que le hizo a mi hijo no se lo voy a perdonar nunca".
Luego de los golpes, el joven ingresó al centro de salud de Los Chiriguanos alrededor de las 01:30 hs para luego ser derivado al hospital de Ingeniero Juárez, ingresando aproximadamente a las 02:30 hs y recibiendo el alta médica cerca de las 11:00 hs. Hasta el momento, no se han hecho públicas las acciones que tomará la justicia. Sin embargo, el caso ha generado indignación en la comunidad y se espera que se investiguen tanto la agresión como las amenazas proferidas por el funcionario.
Este caso pone en evidencia la vulnerabilidad de los trabajadores informales y menores de edad en la administración pública, un flagelo que crece a lo largo y ancho de la provincia. Se espera que este incidente genere un debate en torno a la protección y el respeto de los derechos de estos empleados.