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COMENTARIO POLITICO SEMANAL

Mutis en el terruño

El orden de prioridades de la vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner, solo tiene un punto relevante en consecuencia todo lo demás no le importa en lo más mínimo: su impunidad ante las innumerables acusaciones por corrupción está por sobre el bienestar de todos los argentinos.

Como buen peronista: Gildo Insfrán guardó silencio en relación a la situación de Cristina Kirchner. Acompaña pero con prudencia, dado que la “caja” la manejan otras manos. Una táctica política, que siempre le facilitó buenos resultados.

Las previsiones hechas por varios analistas con los pronósticos más negativos, empiezan a hacerse realidad respecto de la mirada de quien se cree por arriba de la justicia, y que además demuestra un absoluto desprecio por la división de poderes, por lo que no se detendrá hasta incendiar el país.

 El ausente presidente, Alberto Fernández, venía derrapando con las  políticas en todas las áreas de competencia del estado nacional y aparte tampoco había cumplido con garantizarle impunidad a quien le regaló cuatro años de vacaciones pagas con el mejor sueldo del país como funcionario público, el de primer mandatario.

Por eso, la frase, "Si Cristina no consigue impunidad, va a hacer lo imposible por llevar a los argentinos a un abismo" se está haciendo realidad.

No queda mucho hasta la condena por corrupción de la vicepresidente y la violencia engendrada con marchas en su apoyo en la CABA, no tardarán en romper el estado de derecho en la República Argentina.

Período de conflictos

La resolución del Tribunal que la juzga se daría en el mes de diciembre, un mes particularmente sensible y explotado desde siempre por el peronismo para exacerbar a los sectores vulnerables e incentivarlos a saqueos o disturbios por lo que lo sucedido este sábado, configuraría solo una pequeña muestra de lo que podría suceder cuando finalmente sea condenada.

No cabe la menor duda que CFK elegirá el camino por fuera del estado de derecho, usando como excusa el fundamentalismo que quebró las instituciones en países como Cuba o Venezuela.

La violencia ejercida en el Barrio de la Recoleta, que por otra parte, marca la absoluta contradicción de quien se dice nacional y popular y vive en el lugar más caro del país, "las hordas K", anticiparon a los golpes, que no están dispuestos a respetar al 70% de los argentinos que ya han anticipado no votarían ningún candidato a presidente del peronismo (gracias a Cristina).

El silencio de los buenos

Hay una frase de Martín Luther King que dice: "No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos".

Cuando el estado de derecho se termine de romper, ¿Cómo cree la patota de La Campora, de Camioneros, de los barras pagos o de tantos gremios subsidiados en millones que reaccionará la mayoría de los argentinos que respeta las instituciones?

Poco se puede esperar del presidente, Alberto Fernández, quien atraviesa la fase más complicada del Síndrome de Estocolmo.

Difícilmente garantice la seguridad de la mayoría de los argentinos que van todos los días a trabajar y cuya preocupación pasa por lo que sucede con la inflación, con las tarifas y los servicios públicos.

Una imagen vale más que mil palabras

Hace unos días uno foto retrataba al Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández y a su lado el  Ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo de Formosa, Jorge Abel González por lo que la posibilidad de que la ciudadanía a nivel nacional tenga garantizada la seguridad pública con dos militantes fundamentalistas es un oxímoron.

Fernández fue responsabilizado por la presidente del PRO, Patricia Bullrich, de permitir cuando era Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos durante los gobiernos de tres presidentes distintos: Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, una exportación desmedida de efedrina de los carteles de drogas mexicanos y ahora el ingreso descontrolado de "fentanilo" que terminó con la muerte de 23 personas en el conurbano bonaerense.

El desmantelamiento y la falta de recursos de las fuerzas de seguridad, hacen que hoy la intervención en el caso de conmoción interior, las fuerzas de seguridad e inclusive del ejército sea tan lejana como improbable.

Es más factible que quien tome la calle de manera violenta con la zona liberada, sea la turba kirchnerista.

 Un actor conocido

En la misma foto, Jorge Abel González, ya ha demostrado suficientemente el despliegue de una policía militante y política en Formosa, realizando espionaje a políticos opositores, periodistas, con un ataque permanente desde los medios oficiales durante la pandemia y la violación de derechos humanos por orden del propio Insfrán.

La última perlita de este nefasto personaje, fue la zona liberada con el propio jefe de la policía presente en él lugar de los hechos, Comisario General, Walter Arroyo, que permitió que la patota de Daniel Tafetani, intimidara y le impidiera trabajar a periodistas en varias oportunidades en los operativos Por Nuestra Gente Todo.

También que permitiera la zona liberada frente al Concejo Deliberante cuando, el Concejal, Hugo García, agredió a periodistas con sus patotas y les destruyó sus celulares, con los policías contemplando a unos 20 metros del lugar donde ocurrían los hechos sin hacer nada.

En síntesis, González ha demostrado acabadamente que dejar la zona liberada para que agredan a periodistas u dirigentes opositores es su especialidad con el plus del armado de causas con testigos truchos que hasta el día de hoy siguen en plena vigencia.

Una criticada práctica

Estos personajes deberían garantizar la seguridad pública y del estado de derecho pero han demostrado acabadamente que no tienen problemas en transformar a la policía en una "patota uniformada" que defienda al régimen fundamentalista y antidemocrático que los puso en el cargo, por lo que no hay esperanzas que actúen como custodios de la Constitución Nacional. Por suerte, no son todos los uniformados, pero los manejables, son los que tienen los más altos cargos. Hay esperanzas, que más temprano que tarde, rindan cuentas en la justicia, por los abusos cometidos.

En las nubes de humedad

Mientras el país estalla por la caterva de improductivos en el gobierno que el barbado lagunense apoyó incondicionalmente, él distrae la atención de su tribuna aplaudidora en los operativos Por Nuestra Gente Todo.

Repartiendo anteojos, dentaduras, DNI, mercaderías, juguetes entre otras cosas en una exhibición obscena de clientelismo partidario,

a los sectores marginales que configuran más del 30% de la población indigente y más del 50% de pobres en la provincia, Insfrán se siente cómodo.

Ni una palabra

Gildo, aterrizaba 12 horas antes en el aeropuerto El Pucú, por lo que no se entiende su silencio absoluto, respecto del quiebre institucional que se está gestando en Buenos Aires.

No dijo una palabra respecto de la situación de Cristina Kirchner, no dio su apoyo, ni siquiera habló de la triste manifestación subsidiada y trasladada, a la que no fueron más de mil personas en la plaza San Martín.

De la misma manera a pesar de la situación desesperante de los empleados públicos, no hubo anuncio del bono que tiene entre las mangas para descomprimir el mal humor general. Nada de eso tampoco.

Solo atacó al periodismo, habló del Hospital de Medicina Nuclear y de la Facultad de Medicina de Laguna Blanca, pero lo cierto es que el lagunense, sabe que de  explotar una beligerancia entre los desahuciados cristinistas funcionarios y la mayoría de los argentinos, Formosa, muy dependiente del tesoro nacional, puede tener consecuencias no deseadas.

Todavía hay alternativas.  La gran "caja" de los plazos fijos provinciales que se "acolchonan" en los Bancos, tendrán que cambiarse por efectivo, para mantener la paz social.