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Se celebra el día de San Antonio y cientos de fieles se congregaron desde horas tempranas

Cada 13 de junio la Iglesia Católica celebra la fiesta de uno de los santos más queridos y venerados en el mundo: San Antonio de Padua.

Cada 13 de junio la Iglesia Católica celebra la fiesta de uno de los santos más queridos y venerados en el mundo: San Antonio de Padua. La devoción y el afecto de tantos a lo largo de los siglos lo han convertido en un santo, en cierto sentido, "omnipresente", ya que su nombre suele aparecer allí donde hay una iglesia, una parroquia, una escuela. Los fieles, que lo consideran "muy milagroso", piden su intercesión en las más diversas ocasiones, siempre que un objeto valioso se ha extraviado, o cuando se busca pareja para casarse o, más recientemente, si alguien padece de enfermedad celíaca.

Familias de diversos barrios acuden a la capilla de San Antonio para prometer, cumplir promesas o compartir comidas tradicionales en el marco del día del mencionado santo de la iglesia católica.

Desde el barrio San Antonio, la dueña de un kiosco-almacén comentó que las familias compran cada vez menos y que hay productos que registran aumentos a diario.

La mujer fue consultada por las ventas a lo que respondió que "la gente se cuida más, lleva menos, busca precio y cambia hacia otro tipo de marcas, no llevan la marca más tradicional o la más cara, buscan más variedad".

Indicó que las ventas "están bajas" durante lo que va del año y evaluó que "en general el sueldo no les alcanza porque antes con el mismo sueldo llevaban más y ahora se cuidan, tienen más gastos entre cosas".

San Antonio de Padua, conocido también como San Antonio de Lisboa por el lugar donde nació, perteneció a una familia de origen noble. Su nombre secular fue Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, nacido en Portugal en 1195. De niño fue consagrado a la Santísima Virgen. En su adolescencia temprana estuvo rodeado de frivolidades que supo bien rechazar después, ayudado por la gracia de Dios. La consecuente experiencia de libertad iría forjando una amistad sincera con el Señor, que duraría toda la vida. Como los buenos amigos se tratan con frecuencia, el futuro Antonio no perdía oportunidad para ponerse de rodillas frente al Santísimo Sacramento. A través de la oración entendió muy bien que solo Dios fortalece.