La inflación como mejor aliada
Lo que ha logrado el séptuple gobernador uniformando la pobreza en los salarios, es el escenario que revela la mayor farsa de un gobierno que se manifiesta justicialista y defensor del trabajador y es como una enfermedad silenciosa que terminará dinamitando los ingresos anunciados a futuro sin que todavía se hayan efectivizado.

A horas del inicio de la guerra declarada por el presidente Alberto Fernández a la inflación, la situación de los salarios de los empleados públicos provinciales y municipales es una de las peores del país.
Con un aumento que resulta insuficiente y con la veterana estrategia de dar porcentajes ampulosos y en general, más altos que lo que otorgan a nivel nacional, la mayoría de los estatales provinciales tiene ingresos por debajo de la línea de la pobreza.
El 50% anunciado hace poco más de 10 días por Insfrán, en cuotas del 25% a partir del 1 de marzo, 10% a partir del 1 de julio y de 10% a partir del 1 de septiembre ya ha sufrido, antes de ser efectivizado en el primer tramo, un aumento de nafta de cerca del 12% y según referentes la CAME, una suba estimada del 22% de los alimentos en los primeros tres meses del año.
La inflación, aliada de Insfrán
Aún con estimaciones parciales de los componentes fundamentales del consumo familiar que pueden variar en el incremento de precios, lo cierto es que hay un 9% clavado de inflación en el primer bimestre y curiosamente el barbado lagunense, omitió incluir uno de esos meses porque el aumento es retroactivo al mes de febrero ¿y enero?
Pero para ser más realista que la ilusión monetaria de un aumento del 50%, en marzo y ya con el aumento de precios y la pérdida de poder adquisitivo trabajando como una enfermedad silenciosa, es el propio gobernador el que en todos sus aumentos de sueldo, aclara que se garantiza un sueldo de bolsillo. Por ejemplo para marzo de $50.625, lo que significa que aún con los porcentajes anunciados para el primer tramo, el gobierno tiene que garantizar con cifras no remunerativas los bajos sueldos que no llegan ni siquiera al piso. De manera correlativa también se garantiza lo mismo en los otros tramos que vendrán. El detalle no es menor.
Igualar para abajo
Pero lo verdadero es que las cifras que estipulan como sueldo de bolsillo, indican no solo el aparente mínimo a percibir de salario sino que marca cercanía con el promedio de salarios que cobran la mayoría de los estatales.
Hoy los sueldos promedio son de $45.000 y el logro del barbado lagunense en un cuarto de siglo de destrucción de la pirámide salarial es que, un administrativo percibe esa cifra, un enfermero percibe esa cifra, un maestro percibe esa cifra, un policía percibe esa cifra y hasta un médico de planta percibe esa cifra.
En consecuencia cuando el sueldo de bolsillo se modifique de manera engañosa en el pago de haberes de este mes, toda la legión de empleados públicos, no importe su desempeño, profesión, nivel de responsabilidad o riesgo, cobrará en promedio lo mismo y todavía queda mucho por hacer.
"Al maestro con cariño"
Lo que ha logrado el séptuple gobernador uniformando la pobreza en los salarios, es el escenario que revela la mayor farsa de un gobierno que se manifiesta justicialista y defensor del trabajador y que como referíamos al principio es como una enfermedad silenciosa que terminará dinamitando los ingresos anunciados a futuro sin que todavía se hayan efectivizado.
A su vez, esta uniformidad para hablar de un salario promedio para todos y todas, también permite que el diagnóstico siga siendo el mismo, aún con todos los aumentos otorgados. Si los sueldos garantizados de bolsillo marcan un promedio general estimado, estos van casi sellados una escala docente que muestra, con datos de la Coordinación General de Estudio de Costos del Sistema Educativo, que Formosa es la provincia con los segundos salarios docentes, más bajo de todo el país, la primera es Santiago del Estero.
Por sencilla transferencia en la uniformidad de la que hablábamos, Formosa es la provincia con los segundos salarios de empleados públicos provinciales, más bajo del todo el país.
Los docentes en Tierra del Fuego tienen los sueldos más altos ($ 84.084), seguidos por sus pares de San Luis ($ 79.807), Salta ($ 77.847) y La Pampa ($ 77.546), los docentes con sueldos más bajos son los residentes en Santiago del Estero, que cobran $ 42.346; seguidos por los de Formosa ($ 46.091) y San Juan ($ 46.773).
Naturalmente, con porcentajes similares en cuanto a aumentos en todo el país, una de las conclusiones es que Formosa seguirá siendo, cuando se termine de efectivizar el aumento en el mes de setiembre, una de las provincias con los salarios para estatales, no solo para docentes, más bajos del país.
No es "caro", no hay plata
Insfrán ha sabido ir carcomiendo la pirámide salarial con el paso de los años y a su vez destruyendo el salario con la habilidad de convencer a los asalariados, que si no les alcanza la plata es porque gastan más de lo que tienen.
Todos los días la única salida que eligen quienes se desempeñan como profesionales o no, dentro del estado provincial, es la terminal de ómnibus.
El nivel de endeudamiento de las personas, es groseramente censurado o manipulado por las entidades financieras que hacen pingues negocios con las tarjetas de créditos o con préstamos usurarios.
No hay un solo organismo privado o público en Formosa de datos financieros que se anime a decir con exactitud la realidad de este indicador respecto de la crisis económica por la que atraviesan los que tienen ingresos fijos.
Revelarlo demostraría que la pandemia es un factor a corto plazo del naufragio económico de muchos pero la razón verdadera viene de un sistemático plan de recorte para muchos y riqueza para pocos, los que mantienen el régimen a como de lugar desde hace años. No es difícil entender de dónde saca el eterno residente del quinto piso, el superávit de cada año en el presupuesto.
De eso no se habla
En la semana diputados de la oposición intentaron hacer uso de la palabra en la Legislatura Provincial para tratar por un lado, un proyecto de la Dra. Gabriela Neme, para efectivizar el aumento de salarios en un solo pago e incluir el mes de enero y un proyecto de la diputada, Agostina Villaggi para instituir el 5 de marzo como el día de la memoria de la defensa de los formoseños de los derechos humanos.
A instancias del diputado del PJ, Agustín Samaniego, el vicegobernador y presidente nato de la Legislatura, Eber Solís le censuró la palabra a los diputados al momento que pedían argumentar sus proyectos.
Una práctica muy característica en la dictadura de la mayoría automática de la legislatura, es silenciar ya no la posibilidad de presentar un proyecto sino la argumentación de los mismos.
En la provincia de la pobreza, la violación de los derechos humanos y la represión no se habla. Menos si está envuelto el jefe.
La guerra ya se perdió en Formosa
Si el país fuera invadido por un enemigo simbólico, que amenazara con destruir las economías familiares, Formosa es desde hace tiempo una provincia tomada por la pobreza.
Los números no mienten, la mayoría de los estatales está por debajo de la línea de la pobreza con sus ingresos y la mayoría de los municipales en el interior por debajo de la indigencia.
Saber de antemano que cuando terminen de pagar los aumentos seguirán en la misma situación o peor, es ni más ni menos que la señal de la mentira de las cuentas ordenadas.
El presidente de la Nación, inició una guerra que arrancó con más apriete a los privados, control de precios inconducentes y también tiene un objetivo velado, que no es precisamente mejorar la economía, sino quedarse con el control de los granos y la ganadería.
Como siempre un adelantado, Gildo Insfrán y su mesa chica, hace un cuarto de siglo que iniciaron una guerra.
Una guerra hacia los jóvenes que bajaron sus brazos y se fueron de la provincia. Contra el mas de un millar de fallecidos por la mala atención en la pandemia del Covid y el conflicto con los médicos.
Ahora, la ofensiva es aumentar el nivel de pobreza de los formoseños, para hacerlos más obedientes, y ellos, seguir en el poder.