Juan “Chacho” Amarilla: “Desconfío que el Gobierno tuvo algo que ver con la paliza que nos dieron a mi mujer y a mí hace dos años”
Se cumplen 2 años de la violenta madrugada que les tocó vivir a Juan “Chacho” Amarrilla y su mujer, María Esther Venturini, cuando dos sujetos ingresaron a su domicilio y tras amenazarlos, los golpearon violentamente. El dueño del multimedios Amacom, pidió que el gobernador Gildo Insfrán, el ministro Jefe de Gabinete, Antonio Ferreira y los dos ministros, Jorge González y Jorge Ibáñez sean llevados a la justicia. “Tendrán que rendir cuentas y serán enjuiciados como en Nuremberg”.
Juan “Chacho” Amarilla, dueño de Amacom Media (diario El Comercial, Canal 7 y Radio Uno), hizo una fuerte acusación contra el Gobierno Provincial al señalar que “desconfío que el tuvieron algo que ver con la paliza que nos dieron a mi mujer y a mí hace dos años” (sic).
Esto lo dijo en el marco de que se cumplen 2 años del violento asalto que sufrieron en la madrugada de octubre de 2019, cuando tanto él como su esposa, María Esther Venturini, fueron despertados a los golpes por dos sujetos enmascarados que habían entrado a la casa y le exigían dinero.
“Primero no lo quise creer, pero luego de escuchar a la mesa del Covid-19 que me atacaba a mí, que atacaban a nuestros medios como si tuviéramos algo que ver, ahí comencé a atar cabos y voy aceptar una sugerencia de mi abogado, y en algún momento quiero que estas personas, encabezados por Gildo Insfrán, rindan cuentas ante la Justicia, porque esto se va terminar un día, nadie es eterno. Entonces yo deseo que Dios me dé vida para verlos frente a un estrado, porque lo que pasó el 5 de marzo quebró todo, la gente se cansó y estas personas, el ministro Jorge González, el ministro Jorge Ibáñez, el ministro (Jefe de Gabinete, Antonio) “Pomelo” Ferreira, son los responsables de lo que pasó, y deben ser enjuiciados como en Nuremberg”, señaló haciendo referencia al famoso juicio que se llevó a cabo tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial donde se juzgó y penó a los grandes jerarcas del nazismo.
La justicia liberó al único detenido, quien jamás aportó datos sobre quien actuó con frialdad al golpear al matrimonio y no fue mucho más allá en la investigación, al no sumar los cruces telefónicos que podrían haber aclarado mucho mejor los movimientos de los delincuentes.
